Capilla de San Miguel


«La capilla de San Miguel pasa por ser una de las muestras más tempranas del arte del Renacimiento en el Alto Aragón»


La capilla de San Miguel se abre en el frente del muro meridional del transepto con una monumental portada renacentista de piedra y forma parte de la renovación de la Catedral del Jaca en el siglo XVI.

LOS COMITENTES: Al final del siglo XV se unieron dos poderosas familias de mercaderes jacetanos ilustres al casarse Luis Lasala con Doça de Santa Fé, padres de nuestro Juan Lasala y Santa Fé, mercader, ciudadano de Jaca y consejero Real de Carlos V. El mercader controlaba grandes áreas de la economía jacetana y tuvo una considerable fortuna. Trajo a Moreto a Jaca no sólo para su capilla funeraria sino, al parecer, también para construir el frente de su propia casa (Los bustos conmemorativos ubicados en la Plaza del Mercado). Casó con Juana Bonet pero el matrimonio no tuvo hijos legítimos, pero Don Juan sí concibió uno natural, Martín Lasala, notario, que se casó con Juana Bonet, sobrina de su mujer, pero al que desheredó, pero no a los hijos varones del matrimonio. De este modo, su heredero fue Joanico Lasala, quién hubo de pagar los trabajos de policromía.

La construcción de la capilla comienza en 1518. El testador cita con precisión dónde quiere ser inhumado en el suelo de la capilla pero no menciona que se haga una tumba expresa. Fundar una capilla suponía además dejar el dinero suficiente para que todos los días un sacerdote titulado dijera misa en ella.

El mercader gastó una fortuna en su capilla. En primer lugar contrató al arquitecto más destacado de entonces de la provincia de Huesca, Juan de Segura (todavía gótico) pero quiso introducir las nuevas tendencias artísticas procedentes de Italia, encargando al florentino Juan de Moreto la bóveda, portada y retablo (la propia actividad comercial de Juan Lasala bien pudo haberle hecho viajar a Italia y conocer directamente obras renacentistas y en concreto por el comercio de la lana pudo tener contactos con Florencia).

Así, hacia 1520 comienza Juan de Segura las bóvedas de crucería estrellada de las naves laterales y el mismo maestro acomete el plan de apertura de capillas en los laterales del templo.

La construcción de la capilla de San Miguel se inició en agosto de 1518, era de nueva planta y estaba financiada por el mercader Juan de Lasala y su esposa Juana Bonet. A cargo de los trabajos estaban los maestros canteros Juan de Segura y Martín de Larola.

En un documento de 1520 se menciona un maestre Juan, Maestre de Obras que se ha identificado como el escultor italiano Juan de Moreto (florentino), que trabajó en esta capilla asociado a artistas aragoneses como Gil Morlanes el Joven y Juan de Salas.

Las obras de la portada de la capilla terminan en 1523 (tal y como figura en una cartela de la portada mientras que en la otra cartela figura Juan de Moreto, florentino). El retablo estaba terminado en 1526.

LA PORTADA

La PORTADA realizada en piedra calcarenita es la obra magna de Juan de Moreto y ha llamado la atención de la historiografía por sus novedades. El rico programa decorativo de la pieza destaca por su elegancia y delicadeza, a las que se une la buena factura de la ejecución. Culmina en un vano circular abocinado para dar luz a la misma.

Es en arco de triunfo clásico con dos pisos, dónde se alojan 4 santos en sus respectivas hornacinas y los evangelistas dentro de coronas vegetales. Dos inscripciones aluden al mecenas Juan Lasala y a su autor, Juan de Moreto y la fecha de terminación de 1523. El mecenas de la capilla quería dejar constancia de ser el propietario como testimonia la inscripción de la portada con su nombre: Esta capilla la mandó hacer el honorable Juan Lasala mercader y ciudadano de la ciudad de Jaca. Por otra parte, debió quedar tan satisfecho de una obra tan singular que permitió a Juan Moreto certificar su autoría en otro texto situado frente al suyo Esta obra la ha hecho el maestro Juan de Moreto florentino año 1523.  Culmina en un rosetón sustentado por tritones.

  • En los plintos: harpía vegetalizada, jarrones flanqueados por delfines unidos por la cola.
  • En el frente destaca un panel con dos putti o niños desnudos de perfil sujetando una guirnalda de frutos sobre la que se posa un águila. El motivo del águila sobre la guirnalda procede de los monumentos funerarios romanos y se va a repetir en el renacimiento español y se interpreta como símbolo del propio Cristo pero también como ascenso y triunfo del alma al cielo porque el águila conduce el alma la cielo, trasunto de la resurrección (Salmo 103,5 renueva tu juventud como la del águila).
  • Máscara vegetalizada, dos cuernos de la abundancia entrelazados y un flamero: La máscara es uno de los temas preferidos de la estética renacentista y fue símbolo de la muerte y de la noche. Las antorchas y pebeteros encendidos, tomados del mundo antiguo romano, simbolizan en el cristianismo la luz eterna dónde reviven las almas de los bienaventurados.
  • En el más ancho de los pedestales inferiores hay dos grifos afrontados que apoyan la pata interior en un candelabro culimando en un pebetero encendido. Este animal mitológico (mezcla de león y águila) se colocaban en los sepulcros renacentistas como guardián. También son genios psicopompos y representación de la doble naturaleza de Cristo (humana y divina).
  • En el último de los paneles más estrechos se presenta un vástago central del que parte una especia de hojas simétricas que se enrollan en volutas. En el panel anterior hay trofeos militares (tambores, siringas, escudos, lanzas, espadas, cascos, corazas…) que simbolizan los trofeos cristianos que implican la idea de victoria espiritual sobre el pecado y la muerte que permitirá alcanzar la vida eterna.
  • Dragones: es un animal fabuloso símbolo de vigilancia, pero también es imagen física del diablo.

PRIMER PISO PORTADA:

  • San Cristóbal: barbudo, vestido con túnica corta y manto que lleva sobre un hombro la Niño Jesús, al que transportó encima durante la travesía del río, mientras sujeta con la mano restos de un bastón y se apoya en el tronco de un árbol. Santo que en la edad media y el Renacimiento alcanzó una gran veneración pues era invocado frente a la muerte súbita sin confesión, ya que bastaba haber visto una representación suya para no morir ese día; también patrono de viajeros y peregrinos. Encima San Marcos lleva un rollo que lee y se apoya en el león.
  • San Roque de Montpelier, Santo muy popular  y como protector frente a la peste era invocado contra la muerte repentina. Lleva indumentaria de peregrino por su estancia en Roma. El sobrero luce la concha jacobea, tiene el zurrón colgado y las llaves cruzadas marcadas en la esclavina, que lo identifican como romero a la ciudad eterna. Ha perdido el bordón. Con la mano derecha se levanta la túnica para descubrir la úlcera del muslo por haber contraído la peste. Le acompaña un perro con un pan en los colmillos que según la leyenda robaba a su amo y se lo daba diariamente. Encima San Lucas.  

En el segundo cuerpo de la portada:

  • San Pablo que después de Jesús es la mayor figura de la historia del cristianismo. Lleva grueso libro abierto en las manos a la manera de los filósofos de la antigüedad. Calvo y con largas barbas no lleva la espada, su atributo habitual. Su inclusión en un contexto funerario puede ser porque habla de la parusía en varias de sus epístolas y la primera de ellas, enviada a los tesalonicenses, es leída en el oficio de difuntos. Encima de él, San Juan Evangelista.
  • San José: esposo de la Virgen y Padre de Cristo ante los ojos de los hombres. Lleva cayado porque su iconografía todavía no fijada. Es el patrón de la buena muerte. Según la leyenda, Jesús lo asistió durante la agonía y le envió a los arcángeles Miguel y Gabriel para recoger su alma acechada por el demonio. De ahí que sea invocado por los moribundos. Sobre él, San Mateo.

Remate de la portada:

  • Cartela con inscripción: Caminan hacia Cristo aquellos a quienes el poder real había unido sucesivamente porque el poder real mantiene a los suyos unidos en Cristo. Alusión a la política cesaropapista de Carlos V, fundamentada en el ejercicio del poder civil y religioso.

EL RETABLO

La estructura triunfal de la portada deja ver completo el RETABLO DE SAN MIGUEL. De traza renacentista y de madera, elevado sobre un basamento presenta banco, dos cuerpos de 3 calles y ático, flanqueado por tritones trompeteros y terminado en frontón.

  • Banco de cinco casa:
    • Santa Juliana; Virgen y mártir, tiene a sus pies un demonio encadenado al que venció durante una tentación mientras estaba encerrada en la cárcel. Era invocada frente a las enfermedades contagiosas.
    • Santa Catalina de Alejandría?; Ha perdido sus atributos específicos (la rueda dentada y una espada)y se la considera excelente abogada del difunto ante el tribunal divino. La leyenda dorada además asociándola a Santa bárbara la considera protectora de los moribundos.
    • San Jorge; como oficial de la legión romana va vestido con indumentaria militar, armadura, coraza y casco. Se le representa a caballo dando muerte al dragón, símbolo del paganismo. Su significado en un contexto cristiano era el triunfo de Cristo sobre el mal y la muerte. Además, a raíz de la batalla de Alroraz se convierte en protector y patrón de la monarquía aragonesa y del reino de Aragón.  
    • Santa Ana con la Virgen niña: era una de las santas a las que se invocaba para alcanzar la intercesión de la Virgen en el perdón de los pecados y para obtener una buena muerte porque según la tradición había sido asistida por su nieto Jesús en su agonía evitándole el sufrimiento.
    •  Santa Isabel. No lleva ningún atributo que la identifique pero suele representarse como aquí con edad adulta y manto sobre la cabeza, símbolo de mujer casada.  
    • En el basamento escudo de los comitentes con niños flanqueados por cabezas de carneros y esfinges. Las esfinges aluden al ámbito funerario de la capilla y son elementos presentes en sarcófagos clásicos y renacentistas. Estos seres compuestos aquí por cabeza y torso de mujer, cuerpo y extremidades de león y alas de pájaro, tienen simbolismo de resurrección, de transformación tras la muerte porque en la tradición egipcia la esfinge es la encargada de conducir al hombre en su transformación tras la muerte. Los carneros son símbolo de sacrificio y de redención.
  • Primer piso del retablo:
    • San Miguel Arcángel, el más popular de todos los arcángeles. Representado como guerrero con escudo y con lanza terminada en cruzque clava en la boca de un demonio tirado a sus pies (tema tomado del Apocalipsis 12,7-9).
    • San Juan Bautista: patrono e intercesor de los propietarios de la capilla es el primero de los mártires de la fe en Cristo y un santo muy habitual en el ámbito funerario. Con el índice señala el cordero (Jesús). Con la mano izquierda sujeta un libro, símbolo de que es profeta.
    • San Juan Evangelista: patrono de los propietarios de la capilla, es relacionado con el Bautista por los teólogos que creían que la muerte del Evangelista coincidía con el aniversario del nacimiento del Bautista. Muy joven, porque fue el más joven de los 12 apóstoles. Sentado en un trono tiene a sus pies el águila y el libro, símbolos de su Evangelio y lleva en la mano izquierda un cáliz con un dragoncillo, aludiendo al veneno que tuvo que beber en Éfeso.
  • Segundo piso del retablo
    • Virgen con Niño:
    • San Rafael Arcángel?: Se viene identificando por estar acompañando a Miguel y Gabriel pero se podría identificar con el ángel custodio, muy reiterado en la Corona de Aragón.
    • San Gabriel Arcángel: porta cetro de madera con una filacteria con la inscripción: Ave María.
  • Calvario y Dios Padre (en busto) y dos tritones trompetero en los laterales como seres anunciadores de la salvación del alma cristiana por el sacrificio de Cristo. 

Ambas piezas ofrecen un rico repertorio decorativo del arte renacentista italiano en columnas, pilares, jambas, pedestales, frisos…a base de putti, guirnaldas, coronas vegetales, roleos, acantos, rosetas, dragones, delfines, máscaras, tritones, esfinges, trofeos y arreos militares, pebeteros, candelabros, cuernos de la abundancia, frutas, jarrones, harpías, cabezas de carneros….todos los grutescos organizados por Moreto en torno a un eje central organizado a candelieri ya en desarrollo vertical como horizontal. Simetría. Todos estos personajes monstruosos tuvieron como fuente literaria, entre otras obras, las Metamorfosis de Ovidio.

La capilla, rectangular, tiene bóveda de cañón con casetones cuadrados y octogonales que conserva los ganchos para colgar las claves de madera, hoy inexistentes.

EL GRUTESCO SE REITERA EN EL GUARDAPOLVO DEL RETABLO DE SANTA ANA DE LA PROPIA CATEDRAL DE JACA CUYA IMAGEN TITULAR SE ATRIBUYE A MORETO.

La capilla de San Miguel debió causar gran impacto en el Alto Aragón del XVI: la monumentalidad de la portada, la importancia del retablo de la capilla y la búsqueda de los artistas más vanguardistas del momento fueron un modelo para el matrimonio Martín Sarasa y Juana de Aranda para la capilla de la Trinidad. El retablo servirá de modelo al de San Jerónimo de este mismo templo y cuando Antón Escagüés encargue a Jorge de Flandes un retablo para la Virgen en Santa Cilia le dice que sea tan bueno o mejor que el de los Lasala en la Seo de Jaca.

El mensaje funerario del programa iconográfico desarrollado en la portada y el retablo alude a la Salvación cristiana. La estructura en arco triunfal de la embocadura de la capilla conecta con la simbología cristiana de la puerta como imagen de Cristo Salvador “Yo soy la puerta, el que entre por mí se salvará”. Los cuatro santos de la fachada –José, Pablo, Roque y Cristóbal- son santos intercesores y los 4 evangelistas se han interpretado como reactualización de la vida de Cristo, garantía de salvación. Los grifos corresponden a su función clásica de guardianes de los sepulcros. Las águilas sobre guirnaldas sostenidas por putti se justifican por su sentido funerario y según la iconografía cristiana son símbolo de resurrección.Las cornucopias bien provistas de frutas son símbolo de abundancia inagotable y, por tanto, símbolo de las recompensas del paraíso. La inscripción en latín que remata el conjunto se ha relacionado con la ideología cesaropapista de Carlos V de ejercicio del poder civil y el religioso.

En el retablo y en el basamento, la combinación de cabezas de carneros y de esfinges tiene connotaciones funerarias y de sacrificio. En el eje vertical del centro del retablo se superponen: San Jorge (símbolo del triunfo sobre el mal), San Miguel (la misma idea, además es psicopompo y patrón de los mercaderes), la Virgen como madre intercesora, el Calvario (símbolo de redención) y el Padre Eterno. El papel de intercesoras también lo tienen las 4 santas del banco: Santa Juliana, Santa Catalina de Alejandría?; Santa Ana e Isabel. Inciden en la misma idea los Santos Juanes, patronímicos de los comitentes y los arcángeles Grabriel y Rafael, potencias divinas que aparecen en el Juicio Final. Los tritones que aparecen en la parte superior, se cristianizaron como guías de las almas.

Es habitual en la capilla la presencia de antorchas y flameros que si bien son elementos frecuentes en el grutesco renacentista, en el ámbito funerario cristiano simbolizan la luz eterna dónde reviven la almas de los bienaventurados.

Sorprende la reiteración de arreos militares de la Antigüedad al no ser guerreros los propietarios. Estos trofeos, cristianizados, implican la idea de victoria espiritual sobre el pecado y la muerte, lo que permitirá alcanzar la vida eterna.

La presencia continuada de los delfines responde a su significado psicopompo como portador de las almas de los elegidos hacia la vida eterna, al que se debe añadir la iconografía cristiana como símbolo del propio Cristo. El comitente muestra gran interés por su linaje por lo que su escudo heráldico está repetido en la portada (intradós del arco y enjutas) y duplicado en el sotobanco del retablo. El escudo de Juan Lasala y Santa Fé y de Juana Bonet es cuadrado en cruz 1 y 4 de azur con un castillo dojado de tres en oro; 2 y 3 de gules con un bonete de oro. Entre los cuarteles cruz patriarcal de doble travesaño aguzada en su parte inferior.