Rejería y Orfebrería

La colección del MDJ destaca, sin duda, por la colección de pintura mural. Pero existen otras formas de expresión artística que no podemos pasar de largo. Una de ellas es el extraordinario trabajo de forja medieval y de orfebrería que guarda la colección del Museo Diocesano de Jaca. Las joyas de Santa Orosia o la reja de la ermita de Santa María de Iguácel dan prueba de ello. Sin duda merecen una parada en detenimiento en las salas del museo en que ellas se encuentran, aunque tampoco podemos olvidarnos de las rejas que custodian las pinturas de Osia en la Sala Refectorio del MDJ, o los magníficos ejemplos de este tipo de representación artísitica románica ubicadas en los ábsides laterales de la catedral de Jaca.

En palabras de Lourdes Diego, doctora en Historia del Arte y una de las grandes especialistas en forja medieval de nuestro pais, el museo diocesano y la catedral de Jaca disponen de uno de los «mejores y más completos conjuntos de forja románica de toda Europa». Prueba de ello son los dos ejemplos de forja que podemos admirar en el MDJ. En primer lugar la puerta que guardaba los tesoros y documentos de la catedral, en el acceso del Secretum (segunda planta del MDJ). El segundo ejemplo de este tipo de representación artística la ubicamos en la entrada a la Sala Bagüés, donde encontramos la rejería procedente de la ermita de Santa María de Iguácel (Huesca) y que se trataría de una de las más antiguas de toda la peninsula Ibérica.

Reja de Santa María de Iguácel

Puerta del Secretum

Las Joyas de Santa Orosia

Recientemente y con motivo de la restauración de la urna de plata que acoge los restos de Santa Orosia, se nos ha brindado la excepcional e irrepetible ocasión de mostrar las cincuenta joyas que adornan el cuerpo de la santa. Entre estas alhajas, hay una treintena de joyas pinjantes prendidas con cintas y vetas textiles, que a juzgar por su importancia histórico-artística, fueron donadas por obispos oscenses, además de por nobleza y burguesía hispánica.

Como es bien sabido entre los jacetanos, Santa Orosia sufrió martirio según la tradición en los montes de Yebra de Basa. Las fuentes históricas narran cómo un pastor encontró sus restos y decidió dejar el cráneo de la joven que iba a desposarse junto al monte donde sufrió martirio, mientras que su cuerpo ya en tiempos de Sancho Ramírez, fue llevado en peregrinación santa a la catedral de San Pedro de Jaca.

La arqueta que hoy se exhibe en la catedral, restaurada en 2016, es una obra con alma de madera forrada de escenas en plata repujada y cincelada, que relatan episodios de la vida de la santa jacetana. Virtuosamente ejecutada según las fuentes históricas por el platero José Aznárez en 1731, desde hace casi trescientos años acoge sus venerados restos óseos, junto a algunos de los numerosos mantos que tiene la mártir. Los huesos de la santa están envueltos en paños y mortajas aderezados con joyas pinjantes, que fueron ofrecidas a Santa Orosia por sus devotos, en el transcurrir de los siglos.

Lo extraordinario de esta exhibición, radica en que la reliquia de la Santa solo se muestra a los devotos orosianos el 25 de Junio, -día de su festividad-, desde la lejanía del altar improvisado de la jacetana plaza Biscós, cuando el Obispo la presenta en la ofrenda de flores para veneración de romeros y danzantes. El culto a la mártir oscense, patrona de toda la Diócesis de Jaca, de la propia Ciudad de Jaca así como de la Villa de Yebra de Basa, se torna materialmente tangible entre los corazones de los jacetanos durante esos escasos minutos el día de su fiesta mayor.

Joyas muy similares a las custodiadas en el tesoro de la Santa, se encuentran en los mejores museos de Europa.

Las alhajas están  guarnecidas en plata y oro, y están esmaltadas y aderezadas con piedras preciosas. De entre todas ellas, destacan fabulosos ejemplares de naturaleza religiosa renacentistas y barrocos. Algunas de las alhajas más preciadas son riquísimos pectorales, así como relicarios y agnus de cristal de roca milanés guarnecidos en oro esmaltado, que alojan en su interior pinturas de devoción protegidas por viriles. También destacan otros ejemplares civiles, como la figurilla renacentista de un prisionero vestido con armadura simulando labores de damasquinado en plata y oro esmaltado. Otros fabulosos aderezos muestran diamantes tintados y “claveques” (cristales de roca facetados), siguiendo la moda barroca española. La sala torreta del Museo Diocesano de Jaca, a modo de Cámara del Tesoro, hoy permite admirar de cerca estas suntuosas donaciones, que son preciosos exponentes que encierran la devoción a nuestra Patrona, Santa Orosia.

Pinjante de libro

Retablito de Inmaculada

Cadena Esmaltada

Pinjante del Obispo Baguer

Sortija de Diamantes

Medallón en plata

Medallón en plata

Medallón del Salvador

Pinjante de caballero

Agnus de San Juan Bautista

Agnus de San Juan Bautista

Agnus de la Virgen María

Relicario de cristal

Cruz latina con "claveques"

Pectoral de la Virgen del Pilar

Pectoral flordelisado

Pectoral con "claveques"

Cruz esmaltada con El Salvador

Relicario en plata

Relicario en plata

Corbata en oro con labor

Sortija en oro y plata con diamantes

Sortija de oro en marquise

Cuadrito con marco y cartilla de devoción

Tablilla octogonal en cristal de roca

Pinjante de San Lorenzo

Relicario a dos haces

Medallón relicario

Secretum

Dentro de la reforma llevada a cabo en el museo se ha ampliado el espacio expositivo habilitando un segundo piso que ocupa el secretum y la biblioteca de la catedral. La primera de estas salas fue un espacio cuadrado de reducidas dimensiones que se cubrió con bóveda de crucería simple y que en el siglo XVI fue totalmente decorado con grisallas conservadas en su práctica totalidad, habiéndose perdido únicamente parte de la decoración en la pared occidental. La grisalla es una técnica pictórica muy utilizada a lo largo del siglo XVI, consistente en el empleo de una reducida gama cromática de gris, blanco y negro.

Estas pinturas representan varios temas, en el muro oriental se muestra el momento en el que Moisés coloca las tablas de la Ley sobre el Arca de la Alianza y en los otros muros se representa a  San Pedro y diversas virtudes como la Caridad y la Fe. La bóveda, que simboliza el espacio celeste, está decorada con las imágenes de los cuatro Padres de la Iglesia Latina y los cuatro Evangelistas con sus símbolos. San Gregorio Magno aparece junto a San Agustín en uno de los paños y San Jerónimo acompañado de San Ambrosio ocupan el espacio  opuesto, mientras que en los dos paños restantes aparece San Mateo con San Juan y San Marcos junto a San Lucas. Completando la decoración, tal vez en el siglo XIX, en la clave de la bóveda se representan la tiara y las llaves como símbolos de San Pedro y en los nervios los doce signos del zodíaco inscritos en elipses.

La función original de este espacio fue la de servir como lugar secreto en el que guardar piezas de orfebrería como las que se pueden ver expuestas en la actualidad, así como monedas e importantes documentos  que por su gran valor se conservaban en el interior de un arcón que solo podía abrirse con tres llaves diferentes custodiadas por tres miembros del cabildo catedralicio.

Caliz de Ayarra

Cáliz de Lanuza

Copón de Bagüés

Custodia procesional de la Minerva

Cruz parroquial de Bagüés