
Retablito de la Inmaculada Concepción en oro esmaltado con "claveques" pinjante.s Hacia 1610- 1620
Joya en forma de retablito que representa a la Inmaculada Concepción pisando un dragón. Hasta la fecha, este es el único ejemplar conocido en el que aparece la bestia, a pesar de que es un tema recurrente en las fuentes documentales hispánicas de la época. Si bien es cierto que en los Archivos Capitulares de Zaragoza se menciona un ejemplar similar y que dicho ejemplar fue donado a la Virgen del Pilar en 1631 por Martín de Abiego, secretario del virrey de Aragón. Aquella pieza presentaba algunas diferencias notables, como la presencia de ángeles flanqueando a la Virgen y la inclusión de perlas en lugar de claveques pinjantes.
Esta joya se vincula, sin duda, con la moda europea de los retablitos de finales del siglo XVI, pero también con la proclamación de la Inmaculada Concepción en el mundo católico durante el primer tercio del siglo XVII. En particular, esta iconografía destaca en la joyería de la década de 1610 a 1620, según indica la historiadora y experta en joyería barroca Anne Somers Cocks.
En el retablillo que adorna los restos de santa Orosia, la Virgen aparece en actitud orante, rodeada de llamas y vestida con los colores marianos: un brial blanco opaco bajo un manto azul de trasflor, ambos decorados con estrellas de oro.

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