Gótico. Siglo XVI.
Temple sobre tabla.
Procede de la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Gracionépel.
El 23 de abril los aragoneses celebramos el Día de San Jorge, patrón de nuestra comunidad. En Aragón se viene rindiendo culto a este santo desde la Edad Media, ya que según la leyenda habría ayudado al ejército del rey Pedro I en la batalla de Alcoraz (1096). Asimismo, durante los siglos XII y XIII los reyes de Aragón fundaron la orden militar de San Jorge de Alfama y protegieron numerosas cofradías bajo su advocación.
Por ello, es habitual encontrar en Aragón representaciones de este santo, como es el caso de la pieza que os traemos este mes. Se trata de una tabla gótica pintada al temple, que procede de la iglesia de la Asunción de Gracionépel y que actualmente se conserva en los fondos del MDJ. En la pintura podemos apreciar en primer plano a un joven San Jorge, ataviado con armadura y capa roja y tocado con un rico gorro del mismo color, al cual se superpone su halo. En la mano derecha porta una lanza, que clava en el dragón que tiene a sus pies. Con la izquierda agarra las bridas del caballo que monta, el cual destaca por sus jaeces y su color blanco (rasgo que comparte con el de Santiago Matamoros, ya que este tipo de caballos era muy apreciado en la Antigüedad). Al fondo, en un paisaje muy sencillo, se ha representado a una dama en actitud suplicante. En la composición destacan los tonos claros y armonizados, el naturalismo que caracteriza a los personajes y la incipiente perspectiva, elementos que permiten ubicar estilísticamente esta pieza en las postrimerías del Gótico.
Esta escena se inspira en uno de los pasajes más célebres de la leyenda de San Jorge, recogida en fuentes textuales como la Passio Giorgii o la Leyenda Dorada. Según estas, el santo vivió en Capadocia durante el siglo IV, siendo un militar romano que más adelante se convertiría al cristianismo. En uno de sus viajes habría llegado hasta la ciudad de Silca, donde un dragón aterrorizaba a la población y devoraba al ganado. Cuando los animales escasearon, el pueblo comenzó a ofrecer al monstruo doncellas elegidas por sorteo. San Jorge habría entrado en la ciudad precisamente cuando la hija del rey iba a ser entregada al dragón, por lo que el militar dio muerte a la bestia para salvar a la princesa. Este acto habría provocado la conversión al cristianismo de todos los habitantes de Silca.
¿Sabías qué…?
La lucha de San Jorge y el dragón es la adaptación al cristianismo de un tema mucho más antiguo que simboliza la lucha del bien contra el mal. En Egipto ya se representaba mediante la muerte de Seth a manos del dios Horus, mientras la cultura helenística aludió a este a través de la leyenda del enfrentamiento de Alejandro Magno con un monstruo marino y del mito de Perseo luchando contra un ser similar para liberar a su amada Andrómeda.