Románico. Último tercio del siglo XII.
Pintura. Fresco traspasado a lienzo.
Procede de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Navasa.
Con motivo de su reciente restauración e incorporación a la exposición permanente del Museo Diocesano de Jaca, os mostramos uno de los fragmentos pictóricos que decorarían la bóveda del ábside mayor de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Navasa.
Este fragmento formaba parte de una composición más amplia que fue seccionada durante su arranque en 1965, todavía a la espera de ser restaurada. Actualmente está ubicado en la Sala Capitular del Museo y en él aparecen representados los Evangelistas San Lucas y San Juan en su forma animal –toro y águila-, San Juan Bautista y un arcángel al que identificamos como Rafael. Como es habitual en los templos románicos, el ábside de Navasa sigue un esquema de composición simétrica. De manera similar al ábside de San Juan Bautista de Ruesta, en Navasa encontraríamos a Cristo en Majestad como eje central y a su alrededor el Tetramorfos, así como dos figuras angelicales que en este caso son Gabriel y el ya citado Rafael. En este caso, el conjunto se completa con la figura de San Juan Bautista en el lado derecho, mientras que en el lado izquierdo se desconoce qué pudo haber representado. Una de las hipótesis, basándonos en el esquema de procedencia bizantina de la Déesis, nos lleva a pensar que podría tratarse de la Virgen María. Sin embargo, también sería plausible que en su lugar estuviera San Juan Evangelista, ya que ambos Juanes son, respectivamente, precursor y continuador del mensaje de Cristo. El bizantinismo observado en la temática también puede apreciarse en las formas, de gran viveza y vigor narrativo, características asimismo visibles en las pinturas de la catedral de Roda de Isábena.
La pintura que estamos tratando ocuparía el muro meridional dentro del ábside. Destaca el marcado escorzo del arcángel, que vuelve su mirada, al igual que el toro de San Lucas y San Juan Bautista, hacia la figura central del Pantocrátor. Con las alas totalmente desplegadas, Rafael parece querer acoger a los viajeros. No olvidemos en este sentido que la iglesia de Navasa, al estar situada en tierras del Campo de Jaca, hubiera servido de enlace a muchos peregrinos para llegar a la ruta Jacobea. Por otro lado, también conservamos parcialmente la figura de San Juan Bautista, con el distintivo manto de piel de camello. Todos los personajes se situarían además sobre un fondo azulado.
¿Sabías qué…?
El arcángel Rafael es el patrón de los viajeros y, por tanto, de los peregrinos, puesto que él guía al joven Tobías a casa de su futura esposa, Sara. Su historia se recoge en el libro de Tobías, 1-15. Además de esta ayuda, Rafael también es el encargado de curar al padre ciego de Tobías, Tobit, recomendándole al joven untar hiel de pez sobre sus ojos. Es por eso que también será el protector de los médicos.