Renacimiento. Siglo XVI
Escultura de piedra policromada
Procede de la Catedral de Jaca
Este mes, coincidiendo con el Año Santo Jacobeo, vamos a hablar de un santo que está relacionado con el Camino de Santiago. El Camino de Santiago era un evento que no todo el mundo estaba decidido a comenzar, ya que éste implicaba dejar el hogar vacío durante varios meses, correr el riesgo de ataques, o sufrir las inclemencias del tiempo, entre otros peligros. Por estos motivos, los peregrinos solían pedir protección a santos ligados a la ruta jacobea, como San Roque, San Amaro o San Cristóbal.
La pieza de este mes está dedicada a San Roque, religioso francés del siglo XIV, valorado como un santo peregrino por excelencia y santo antipestífero, canonizado por el Papa Urbano VII en el siglo XVII.
San Roque era un noble medieval de origen francés, que tras la muerte de sus padres distribuyó su riqueza entre los pobres para peregrinar hasta Roma, donde se dedicaba a curar a los enfermos de peste que se iba encontrando por el camino, hasta que finalmente, él mismo se contagió de la enfermedad. En la figura se aprecia cómo se sube la túnica para mostrar la úlcera con la que contrajo la enfermedad.
La figura que podemos encontrar en la portada cuatrocentista de la Capilla de San Miguel de la Catedral de Jaca, está realizada por el artista italiano Giovanni Moreto en piedra policromada.
San Roque se representa ataviado como un auténtico peregrino con sombrero adornado con la concha jacobea, con un zurrón colgado y las llaves cruzadas sobre el pecho, identificando al “romero” en camino hacia la “Ciudad Eterna”.
¿Sabías que…?
Cuenta la tradición que estando enfermo, San Roque se trasladó al bosque para no infectar a nadie más, pero, milagrosamente, cada día recibía la visita de un perro que le alimentaba llevándole un panecillo robado de la mesa de su amo.
En la hornacina donde está situada la escultura, en la parte inferior derecha se puede apreciar cómo el perro tiene en la boca un pan, en actitud de ofrecérsela a San Roque, representando ese pan que le daba todos los días que estuvo aislado.