Siglo XIII, segunda mitad
Fresco y temple arrancado y traspasado a lienzo
Con motivo de la festividad de Santa Lucía el próximo día 13 de diciembre, os queremos mostrar como pieza del mes una de las escenas de la decoración mural del ábside de la ermita de Nuestra Señora del Rosario de Osia, antes dedicada a Santa Lucía.
En el registro inferior del hemiciclo absidal se representan varios episodios de la vida y muerte de esta mártir de Siracusa, siguiendo para ello el relato de La leyenda dorada de Jacobo de la Vorágine. En el mismo se cuenta como Lucía, tras convertirse al cristianismo, renunció a casarse con su novio, motivo por el cual fue denunciada por su prometido ante el cónsul romano Pascasio quién le impuso una cruel condena.
La escena que os mostramos recoge el momento en el que mil hombres intentan conducir a Lucía a un lupanar, pues así había sido castigada, pero por intercesión divina su cuerpo resultaba tan pesado, que cualquier intento de moverla resultaba en vano. Por ello, lo intentaron con mil parejas de bueyes, hasta que, finalmente, deciden terminar con su vida a golpe de espada.
Estilísticamente son unas pinturas que muestran la transición del románico hacia el gótico, en las que el dibujo es de gran calidad y seguridad, aunque sin prescindir de los convencionalismos propios del estilo. Además es de destacar la importancia que adquieren las bandas ornamentales de diseños geométricos y vegetales. No obstante, la pérdida de gran parte de su policromía impide su justa valoración, ya que en el siglo XVIII estas pinturas fueron cubiertas por otras del estilo de la época.
¿SABÍAS QUÉ…? El relato de la Leyenda Dorada no menciona el hecho de que Santa Lucía se arrancara los ojos durante su martirio, a pesar de ser uno de los episodios más difundidos en la religiosidad popular. Dicha creencia debió de generalizarse en torno al siglo XIV, ya que etimológicamente, el nombre de Lucía significa «la que lleva luz». Por ello, los ojos se convirtieron en su símbolo parlante, fijando así la iconografía de la santa, y quedaron para la posteridad incorporados a las narraciones populares de su biografía.