Localización: Altar de la Catedral de Jaca.
Autor: Fray Manuel Bayeu Subías.
Estilo: Barroco.
San Juan, Juan el Apóstol o San Juan Evangelista era hijo de Zebedeo, un pescador de Galilea, y Salomé. Según la tradición cristiana Juan fue, junto a su hermano Santiago Apóstol, uno de los primeros apóstoles de Cristo, y ambos, junto a San Pedro, constituyeron el núcleo más próximo a Jesús. De hecho, fue San Juan Evangelista quien estaba con la Virgen María al pie de la cruz cuando Cristo murió.
Un día se hallaba remendando las redes a la orilla del Lago de Galilea, cuando Jesús acababa de llamar a su servicio a Pedro y Andrés, los llamó también a ellos para que fuesen sus Apóstoles. El propio Jesucristo les puso a Juan y Santiago el sobrenombre de Boanerges, o sea “hijos del trueno”.
Juan fue el elegido para acompañar a Pedro a la ciudad con el fin de preparar la cena de la Última Pascua y en aquel evento, reclinó su cabeza sobe el pecho de Jesús, momento que ha sido muy representado a lo largo de la historia del arte. Juan fue también el único de los apóstoles que estuvo al pie de la cruz con la Virgen María y las otras piadosas mujeres y fue él quien recibió el encargo de cuidarla: “Mujer, he ahí a tu hijo”, murmuró Jesús a su madre desde la cruz. “He ahí a tu madre” le dijo a Juan. Y desde aquel momento, el discípulo la tomó como suya.
Cuando María Magdalena anunció que el sepulcro de Cristo se encontraba abierto y vacío, Pedro y Juan acudieron inmediatamente. Como Juan era el más joven, llegó el primero, pero esperó a que llegará San Pedro para acercarse al sepulcro y así, vieron y creyeron en la resurrección.
San Juan escribió su Evangelio y sus Epístolas en Éfeso (Asia Menor) y el Apocalipsis en la isla de Patmos, en el mar Egeo. Su símbolo como evangelista es un águila, de ahí su sobrenombre de “el águila de Patmos”. Hay otro modelo iconográfico, un poco menos común, en el que el santo aparece sujetando un cáliz con su mano derecha, y de él sale una serpiente verde. La tradición nace a partir de una historia que narra cómo, estando en Éfeso, a Juan le ofrecieron una copa de vino envenenado. Antes de beber, bendijo la bebida y el veneno salió de la copa, en forma de una pequeña serpiente verde.
El culto de Juan apóstol nació desde la ciudad de Éfeso, tras la muerte del santo a una edad muy avanzada. San Juan fue el único de los apóstoles que no murió martirizado, y siglos después de su muerte, el emperador Justiniano, en el siglo VI construyó en su honor una gran basílica, de a que todavía quedan imponentes ruinas.
¿Sabías que…?
En la iconografía de San Juan Evangelista, además de con los atributos genéricos del libro y la pluma, como evangelista incluye la llamada “águila de San Juan”, que le distingue de los otros tres. Un rasgo físico que también le distingue de otros personajes, es que se le suele representar con un aspecto más juvenil y, a menudo, imberbe, mientras que los demás suelen aparecer con barbas.