Procedencia: Primitiva iglesia del Burnao de Jaca (desaparecida en la actualidad)
Cronología: S. XIV
Medidas: 95 cm. x 31 cm. x 23 cm.
La Virgen del Burnao se trata de una escultura de madera tallada y policromada en la que son representados la Virgen María con el Niño Jesús, en un ligero contrapposto. Está datada en la época gótica, alrededor del siglo XIV y es de autor anónimo.
Procede el desaparecido Barrio de Burnao (Burgonovo) de Jaca. Cuando desapareció este barrio para construir la Ciudadela, se trasladó a la iglesia de San Pedro el Viejo de Jaca (Huesca) y fue finalmente reubicada en la Catedral de la ciudad en 1841. Esta imagen está estrechamente ligada al fenómeno de la peregrinación, ya que el barrio del Burnao, fue un asentamiento comercial a las afueras de la muralla jaquesa especializado en la venta de bienes a los peregrinos que llegaban a la ciudad.
Frente a la iconografía sedente y mayestática que caracteriza a las vírgenes románicas, esta imagen ostenta ya una sensibilidad claramente gótica. María aparece de pie sobre una peana de color verde y sosteniendo a su Hijo con el brazo izquierdo. Rompe la frontalidad adoptando la curvatura en forma de letra “S” muy frecuente en las obras góticas de la zona francesa y viene dada por el adelantamiento de su pierna derecha. Sobre su brazo izquierdo, está sentado el Niño en posición frontal. Todavía los rostros de la Madre y el Niño demuestran cierta inexpresividad, aunque se aprecia un notable naturalismo en los gestos de ambos y en el tratamiento de sus ropajes.
La Virgen aparece ataviada con una larga túnica de color rojo sobre la que cae un manto azul, que se sujeta en la parte posterior de la cabeza. Pese a la falta de uno de los pies de la imagen, puede observarse perfectamente que estarían calzados por zapatos con terminación puntiaguda. Parece que la talla debía portar sobre su cabeza una corona que no se ha conservado.
El Niño Jesús, por su parte, se representa sin ropa de cintura para arriba y tapa sus piernecitas con un paño que cuelga formando varios pliegues, que dejan al descubierto los dedos del pie izquierdo. Entre sus manos lleva un libro que parece mostrar a los fieles.
El color en labios y cejas, planteó la posibilidad de que no fueran originales, sino que parecería ser un extenso repinte sobre la policromía original. La restauración de esta talla en el año 1997 fue promovida por el Gobierno de Aragón y tuvo un presupuesto de 2.718 euros.
¿Sabías que…?
El barrio del Burnao de Jaca sufrió diversos ataques a lo largo de su historia: A principios del siglo XII fue incendiado en un par de ocasiones por el rey García Ramírez de Navarra, como consecuencia de los conflictos entre su reino y el de Aragón. Felipe II ordenó su demolición en 1592, lo que llevó a que muchos habitantes del Burnao se realojaran en el interior de las murallas, y a que parte de las piedras y materiales constructivo fueran reutilizados en la construcción del convento de las Monjas Benedictinas.