LA COLECCIÓN

La Colección del MDJ

Por una pequeña puerta situada en una antigua capilla gótica dentro de la catedral de Jaca, entraremos en las dependencias del primitivo claustro catedralicio. Claustro cerrado y modificado en el siglo XVII, que actualmente alberga la que está considerada como una de las más bellas colecciones de arte medieval que hay en toda Europa. Más de 2000m² de espacio expositivo que albergan pintura mural, joyas, tallas románicas o capiteles, de gran valor histórico artístico.

El primer recorrido lo realizamos por las propias pandas del claustro donde ubicaremos algunos capiteles procedentes, en su mayoría, del primitivo claustro medieval. De entre esos capiteles destacamos dos de ellos de gran valor: El «capitel del Sátiro» y el de «El Rey David y los Músicos».

Como descanso entre sala y sala, y si el tiempo lo permite, podemos salir al jardín del claustro, Ahí podemos relajarnos y contemplar la impresionante arquitectura románica que supone la propia catedral.

El espacio «Torreta» corresponde a una pequeña y primitiva cárcel dentro de la propia catedral. No hay que obviar que era habitual en la Edad Media que los templos y claustros fueran lugares donde se impartía justicia. Para ello aún conservamos en el propio jardín del claustro un enorme «tejo». Heredado por el cristianismo, bajo la sombra de un tejo se solía legislar, juzgar y tomar decisiones importantes hasta la aparición de juzgados «civiles» y/o ayuntamientos en las ciudades. Actualmente el espacio «Torreta» lo tenemos dedicado a la exposición de las «Joyas de Santa Orosia», patrona de Jaca y a algunos elementos relacionados con la música en la catedral como un salterio (S.XVII), libros de coro o la campana procedente de la parroquial de Bescós de la Garcipollera.

La Sala Refectorio recibe su nombre por ser el lugar donde comían los canónigos de la catedral de Jaca. A lo largo de la historia el espacio se ha visto modificado así como su función. Tras la modificación del claustro en el siglo XVII el espacio pasó a ser capilla de la Virgen del Pilar, y conocido por la gente de Jaca como, incluso, iglesia del Pilar de Jaca. A partir del año 1970, y ya en la primera etapa del Museo Diocesano de Jaca, el amplio espacio se convierte en un espacio idóneo para albergar las obras de gran tamaño que componen la colección del museo. Esa primera etapa museística se cierra en el año 2003, cuando el MDJ necesita de un nuevo lenguaje más acorde con el siglo XXI. En 2011, ya con la nueva y actual etapa del MDJ en el espacio queda el reflejo de lo que debió suponer entrar en una iglesia en el período medieval donde la luz y las piezas cobran un nuevo protagonismo.

Dos grandes ábsides románicos presiden el espacio. Ruesta (S.XII) y Osia (S.XIII) nos hablan de una evolución artística y de la fe en nuestra diócesis. En el primero un Cristo en Majestad enmarcado en una colorida mandorla preside el altar. La «Coronación de la Virgen» del segundo nos habla de la importancia que adquiere el culto mariano a partir del S.XIII.

Sin duda esta sala es uno de los espacios del MDJ que bien merecen una parada. Admirar detenidamente los detalles en las pinturas de Navasa (Huesca) o Urriés (Zaragoza). Acercarnos a ver «Los Pecados Capitales» de Sieso (Huesca) o las pinturas murales de Cerésola (Huesca) nos permiten disfrutar de la didáctica del arte medieval. Al otro lado, en el del evangelio Ipas (Huesca), Sorripas (Huesca) o Concilio (Huesca) son todo un aperitivo para lo que veremos más adelante, sin olvidar el misterioso «arrepentimiento» de Ruesta: Una de las imágenes icónicas de la colección.

Entramos de lleno en la «Joya de la Corona»: el mayor conjunto, por metros cuadrados, de pintura mural románica. La Sala Bagüés alberga el conjunto pictórico procedente de la iglesia de los santos Julián y Basilisa de la localidad zaragozana. Una auténtica «Biblia Pauperum» (Biblia de los pobres) que podemos recorrer desde la Creación de Adán hasta la Ascensión de Cristo a los cielos, pasando por escenas como La Matanza de los Inocentes, el Arca de Noé o el Prendimiento. Una lectura de principio a fin, a modo de cómic, de la historia de la Humanidad y de su Salvación contada de manera magistral por el llamado «Maestro de Bagüés», un artista o taller del que poco o nada conocemos pero cuya similitud estilística nos acerca a obras coetáneas del Poitou francés como las miniaturas de la biblia de Sainte Radegonde (Poitiers) o la abadía de Saint Savin Sur Gartempe.

Esta sala se complementa con un audiovisual que nos va a permitir, no sólo recorrer sus pinturas, si no también el responder a la pregunta de cómo se extraían las pinturas murales de las iglesias mediante el proceso conocido como strappo. ¡No os lo podéis perder!

Audiovisual de la Sala Bagüés

Antes de iniciar el recorrido por las tres antiguas capillas claustrales dedicadas antaño a San Felipe, Santa Lucía y Santa Margarita, no os podéis perder los detalles de la magnífica reja románica procedente de la ermita de Santa María de Iguácel (Huesca). En esa pieza podemos «jugar» a encontrar el rostro humano que decora una de las espirales de la forja. Suele ser uno de los pasatiempos mas habituales durante el recorrido pero si no la encontráis, no os preocupéis: El personal del MDJ estará encantado de ayudaros en esa búsqueda. Justo al lado de reja, en una esquina podemos admirar el fresco románico de los «Llorones» de Susín, para dejar ya la pintura mural románica y adentrarnos de lleno en la escultura en madera medieval.

Sin movernos aún del lugar nos encontramos en la antigua capilla del claustro dedicada a San Felipe. Y tras haber admirado la fabulosa reja románica de Iguácel (Huesca) podemos detenernos en el frontal de altar procedente del mismo lugar y dedicado a la vida de la Virgen María. En las vitrinas dos tallas de vírgenes, las de Ruesta (Zaragoza) y de Arbués (Huesca) sirven como aperitivo para lo que vamos a ver en las siguientes salas del museo.