Hacia 1310 – 1330
Pintura mural al fresco
Procede de la iglesia de San Esteban de Urriés
Este mes de marzo presentamos una escena propia del tiempo de la Semana Santa, el Prendimiento de Cristo. Esta pintura, junto a otras de carácter narrativo y ornamental, se realizó a comienzos del siglo XIV para decorar el ábside de la iglesia de San Esteban de Urriés. Dichas pinturas fueron descubiertas detrás del retablo mayor de la iglesia en 1962, siendo arrancadas y llevadas a Barcelona al año siguiente para su traspaso a lienzo y restauración. Con ellas se inició la serie de hallazgos que dieron lugar al núcleo fundacional del MDJ.
La escena se organiza compositivamente en dos grupos claramente diferenciados. A la izquierda del espectador se representa el beso de Judas y a la derecha los soldados que acuden a prender a Cristo. Jesús queda identificado por el nimbo crucífero y sujetando un libro con su mano derecha, mientras que apunta hacia arriba con el dedo índice de su mano izquierda. Judas le abraza y se acerca a él para darle un beso, signo de su traición ya que es la señal acordada para identificarle. La parte derecha de la composición la ocupan seis soldados que avanzan hacia Judas y Jesús. De estos guerreros, sólo los cuerpos de los dos más cercanos al espectador son completamente visibles, mientras que de los otros cuatro sólo se aprecian las cabezas y alguna de sus piernas.
Estilísticamente las pinturas murales de Urriés corresponden a la tendencia del gótico lineal que destaca por la importancia otorgada a las líneas del dibujo, la ausencia de perspectiva y la persistencia del uso de inscripciones identificativas de las escenas. Así, en la parte superior de la obra, una inscripción en letra gótica alude a la traición que sufre Jesús por parte de su discípulo. Por otro lado, el gótico lineal se caracteriza ya por la introducción de mayor expresividad y movimiento, si lo comparamos con el arte románico anterior.
¿SABÍAS QUE…? La presencia de anacronismos en las obras de arte suele ser frecuente dado que muchos artistas no ambientan las escenas en la época a la que hacen referencia sino en el momento en que ellos viven. Así, este pintor que trabajó en Urriés a principios del siglo XIV, no representó a unos soldados romanos sino medievales. De hecho este detalle de los guerreros ha atraído el estudio de los historiadores puesto que se convierten en un auténtico documento que nos permite conocer el atuendo de los ejércitos medievales de la época con cotas de malla y cascos semiesféricos o cónicos, y las armas propias del momento como hachas, espadas y alabardas.