Siglo XII, primer tercio
Piedra labrada
Catedral de San Pedro de Jaca
Como no podía ser de otra manera en marzo mostramos el capitel del Sátiro, una pieza muy especial que con ocasión del V Aniversario de la reapertura del museo se ha incorporado a la colección permanente junto a otros dos capiteles románicos. La restauración de estas tres piezas, llevada a cabo por la restauradora jaquesa Inmaculada Piedrafita, ha sido financiada gracias a una subvención de 6500 euros del Excmo. Ayuntamiento de Jaca y una donación de 3500 euros de la asociación Amigos del Románico.
Este capitel y otro de formato similar formarían parte del antiguo claustro románico de la catedral de Jaca. Tras el desmontaje del claustro en el siglo XVII, las piezas que lo integraban se dispersaron y estos dos capiteles se reutilizaron sujetando una reja en una capilla del antiguo refectorio. A principios del siglo XX fueron colocados como soportes de la mesa del altar de la capilla del Pilar de la catedral de Jaca, donde permanecieron hasta octubre de 2014 cuando se retiraron para proceder a su restauración y desde el 8 de febrero se pueden contemplar en el MDJ expuestos en la crujía norte del claustro, en el mismo espacio de la catedral para el que habrían sido concebidos.
El capitel presenta decoración figurada en sus cuatro caras. Se ha perdido el motivo central de una de ellas, mientras que las otras tres están presididas por un sátiro, un león y un ave fénix. Todas estas figuras constituyen prefiguraciones de Cristo y de la Resurrección, por ello tienen una disposición ascendente frente a los personajes híbridos del inframundo que aparecen en las esquinas firmemente sujetos al suelo por sus garras.
Para entender el significado de esta pieza debemos saber que este sátiro, dado su tratamiento anatómico extremadamente bello,responde a la idea de San Agustín de que al final de los tiempos los cuerpos resucitarán bellísimos, perfectos, sin deformidades; que el león es un animal cuyas crías se dice que nacen muertas pero resucitan al tercer día cuando su padre les echa el aliento y que el ave fénix es un animal extraordinario, del que sólo existía un ejemplar en el mundo que cada 500 años se autodestruía agitando las alas hasta generar el fuego en el que ardía y después surgía de sus propias cenizas. Por tanto, aunque la iconografía del capitel se inspira en las representaciones de las fiestas dionisiacas de la antigüedad clásica, se le dota de contenido teológico en clave cristológica y de resurrección.
¿SABÍAS QUÉ…? Según el Dr. Francisco Prado- Vilar de la Universidad de Harvard, Real Colegio Complutense experto en arte medieval y máximo estudioso de este capitel, la figura del sátiro, de marcada influencia clásica, constituye «el desnudo más bello de la Edad Media».