Proceden de la Iglesia de los Santos Julián y Basilisa de Bagües (Zaragoza)
Fresco arrancado y traspasado a lienzo
Hacia 1100
Con motivo de la celebración de la Semana Santa, en este año de la Misericordia la pieza del mes de marzo se dedica a la Pasión de Cristo representada en el conjunto de pintura románica de la iglesia de Bagüés.
Tal y como explica el Papa Francisco en la Bula Misericordiae Vultus, Jesús antes de la Pasión, oró con el Salmo de la misericordia. En este mismo horizonte de la misericordia, Jesús vivió su pasión y muerte, consciente del gran misterio del amor de Dios que se habría de cumplir en la cruz. Saber que Jesús mismo hizo oración con este Salmo, lo hace para nosotros los cristianos aún más importante y nos compromete a incorporar este estribillo en nuestra oración de alabanza cotidiana: “Eterna es su misericordia”.
En el templo de Bagüés, las escenas que narran la Pasión de Cristo muestran la representación del Prendimiento de Cristo, el Camino al Calvario y la Crucifixión y se ubican en la franja inferior del lado del Evangelio y parte del ábside.
Si seguimos la cronología de aquellos últimos días, la primera escena en la que se representa la Pasión es la del Prendimiento, y ese momento en el que Cristo aparece ofreciendo su mejilla a Judas, que aparece empequeñecido y sin nimbo, mientras los personajes que aparecen a la derecha lo apresan. Los personajes de la izquierda, detrás de Judas, caen hacia atrás doblando su cabeza sobre la nuca y los brazos sobre la espalda siguiendo el relato de Juan que dice que cuando Jesús se identificó los soldados cayeron a tierra. También debemos destacar ese dramático momento en el que San Pedro corta la oreja a Malco, que no puede reprimir el gesto de dolor.
Si dirigimos nuestra mirada hacia la derecha, ya en el ábside, podemos admirar la escena en la que Simón de Cirene lleva la cruz de Cristo hasta el Gólgota, escena que viene descrita en los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas. En el centro del ábside aparece el Crucificado con la Virgen y Longinos y San Juan y Stephaton. A ambos lados completa la escena la crucifixión de Dimas y Gestas. Estos dos ladrones atraviesan sus brazos por los travesaños de la cruz, siguiendo la misma iconografía que la tapa del Arca Santa de Oviedo. Sobre el Crucificado aparece el sol y la luna recordando el eclipse que tuvo lugar cuando Cristo expiró. En el mundo románico, la Crucifixión no debe entenderse como narración del sufrimiento del Dios-hombre, sino como símbolo del triunfo de Cristo sobre la muerte. Completando el ciclo de La Pasión de Bagües, la escena de las Tres Marías ante el sepulcro vacío y el Noli Me Tangere, que significa «No me toques» en latín y representa el momento en el que Cristo se aparece a María Magdalena tras la Resurrección, tal y como viene recogido en el Evangelio de San Juan.
Sabías que… El completo programa bíblico elaborado por el llamado Maestro de Bagüés responde a una cuidada selección de los temas y de su ubicación espacial. El movimiento descendente de los muros laterales puede ser interpretado como el símbolo de la bajada de Dios, hecho hombre, a la tierra y que concluiría con el Prendimiento de Cristo. Mientras que el movimiento ascendente del ábside, el de la tierra hacia el cielo, refleja la Ascensión de Cristo.