S. XV, finales
Temple con retoques al óleo
Iglesia parroquial de San Miguel Arcángel de Abena
En mayo mostramos esta tabla procedente de la iglesia parroquial de Abena. Esta pintura forma pareja con otra que recoge las escenas del Descendimiento y a San Miguel pesando las almas y la hemos elegido como pieza del mes dado que el próximo viernes 16 de mayo a las 20.00 horas en la Sala Refectorio del MDJ tendrá lugar una ponencia en la que D. José Coarasa Barbey explicará el minucioso proceso de restauración al que fueron sometidas dichas piezas tras ser descubiertas por D. Felipe García Dueñas en muy deficiente estado de conservación ya que estaban escondidas en la parte posterior del retablo barroco que decoraba la iglesia.
Las dos pinturas son obra de Juan de la Abadía el Mayor, destacado representante del gótico hispano flamenco en Aragón. Se piensa que este pintor se formó en Barcelona como colaborador de Pedro García de Benabarre, lo que le permitiría conocer la obra de Jaime Huguet, si bien los únicos datos documentados lo sitúan entre 1469 y 1498 en Huesca, donde tenía su taller.
Como en todas las obras de Juan de la Abadía, en esta tabla destaca el cuidado tratamiento de las vestimentas, el uso de colores vivos, las figuras bien modeladas y la atención prestada a los detalles. La pintura está compuesta por dos escenas, en la parte superior se representa la Aparición de San Miguel Arcángel en el Mausoleo de Adriano en Roma y en la zona inferior la imagen de Cristo Salvador en actitud de bendecir, ataviado con lujosas vestimentas y portando una esfera coronada por una cruz, aludiendo a su triunfo sobre la muerte y a la salvación de la humanidad.
La escena superior, de compleja composición, se desarrolla al aire libre y muestra una procesión que se encamina hacia un castillo. Formando parte del cortejo aparecen dos obispos mitrados vestidos con ricos mantos de brocado y que portan sendos báculos y el Papa san Gregorio Magno con tiara y bendiciendo. Junto a ellos, un amplio número de personas completan la procesión, cerrada por las mujeres, todas ellas con el cabello cubierto como era habitual en la Edad Media. Encima de la puerta del castillo aparece el arcángel San Miguel limpiando la hoja de su espada con un paño blanco.
Tal y como se refleja en la Leyenda Dorada, esta escena alude a la aparición del arcángel San Miguel sobre el mausoleo de Adriano en Roma, acaecida en el año 590 frente a la procesión rogativa encabezada por el papa san Gregorio Magno para solicitar el fin de la mortífera peste que asolaba la ciudad. El Papa vio sobre el castillo la figura de un ángel que tras limpiar una espada ensangrentada, la guardaba en su vaina y con aquella visión el pontífice entendió que Dios le manifestaba que había escuchado sus rogativas y que daba por finalizada la epidemia.
¿SABÍAS QUÉ…? En agradecimiento por el fin de la peste y para conmemorar la aparición de San Miguel, el Papa san Gregorio Magno mandó construir en el Mausoleo de Adriano una iglesia dedicada al Santo Ángel, de ahí que a partir de entonces el monumento comenzara a llamarse castillo de Sant´ Angelo, nombre con el que todavía se conoce en la actualidad.