Románico. Siglo XIII.
Madera tallada, dorada y policromada
Procede de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Arbués
Mayo es el mes escogido para honrar la figura de la Virgen María, y por eso dedicamos nuestra pieza del mes a la talla de la Virgen de Arbués. Esta pieza, procedente de la iglesia de San Pedro de dicha localidad, fue incorporada a la colección del MDJ en febrero de este año, tras haber sido restaurada gracias a la financiación del Ayuntamiento de Jaca.
Se trata de una talla románica que representa a la Virgen con el Niño y sigue el modelo iconográfico de la Theotokos (Madre de Dios). Sentada sobre un trono y coronada, la Virgen presenta en su diestra un fruto que podría ser una manzana o una granada, en alusión a su papel como intercesora. Sobre su regazo se sienta el Niño, quien también porta una corona y sostiene un orbe en su mano izquierda, mientras que con la derecha probablemente estuviese realizando el gesto de bendición. De este modo, su imagen se asemejaría a la del Salvator Mundi, en cuanto que juez y salvador de la humanidad.
Las imágenes de la Theotokos, importadas a la escultura románica desde el arte bizantino, se caracterizaron durante los siglos XI y XII por el hieratismo y la simetría de sus figuras. Sin embargo, en esta talla ya se aprecia cierta transición hacia el gótico, período artístico en el que se tenderá a humanizar las imágenes de Madre e Hijo. La ubicación del Niño sobre la rodilla izquierda de su madre, desplazándose así del eje de simetría, y la mano que ésta apoya cariñosamente sobre el hombro de Cristo son indicios de esta nueva sensibilidad que se correspondería con una cronología más próxima al siglo XIII.
Las tallas y pinturas que tienen como protagonista a la Virgen proliferaron entre finales del siglo XII y el siglo XIII, pues el culto mariano adquirió una gran importancia en ese momento. La religión comenzó a ensalzar la figura de María para acercarse a los fieles, proponiendo mediante su ejemplo y el de los santos modelos de comportamiento a seguir. Este creciente protagonismo de la Virgen también supuso una mejora en la consideración social de las mujeres; hasta aquel momento, habían sido vistas como pecadoras “intrínsecas” por descender de Eva, pero el hecho de Dios escogiese a una mujer para ser la Madre de su Hijo hizo que sus congéneres fuesen mejor valoradas.
¿Sabías qué…? En ocasiones, la cronología de una determinada imagen de la Virgen puede deducirse por el tipo de tocado que ostenta. Mientras que muchas tallas románicas muestran a la Virgen portando una especie de bonete derivado de la tradición bizantina, con el desarrollo del estilo gótico en el siglo XIII este será sustituido por una corona, la cual se irá enriqueciendo con el paso de los siglos.