Localización: Altar de la Catedral de Jaca.
Autor: Fray Manuel Bayeu Subías.
Estilo: Barroco.
Con celebración en el mes de mayo podemos localizar dos santos en los frescos del altar de la catedral, pintados por Fray Manuel Bayeu. El primero es el apóstol San Felipe, cuya festividad es el 3 de mayo, y el segundo es San Matías que se celebra el 14 de este mes.
El apóstol San Felipe, tanto en los evangelios como en los Hechos de los Apóstoles, aparece siempre nombrado en quinta posición, por detrás del apóstol Simón, que fue renombrado por Jesús como Pedro, Santiago el Mayor, Andrés y Juan. Este quinto apóstol fue seguidor de San Juan Bautista antes de que Jesús lo eligiera como discípulo.
En unos escritos apócrifos que llevan el título de Hechos de San Felipe se cuenta que, tras la resurrección de Jesús, Felipe fue enviado junto con su hermana Marianne y Bartolomé a predicar a las tierras de Grecia, Siria y Frigia. El año de la muerte del apóstol San Felipe no está claro, pero sería entre el 71 y el 80 d. C., en la ciudad de Hierápolis (Turquía) y según el martirologio romano fue crucificado y enterrado bajo unas piedras en Escitia.
La Iglesia Católica conserva sus reliquias en la actualidad, junto a la del apóstol Santiago el menor en la basílica de los Santos Apóstoles de Roma. A menudo se le representa simbolizado por una cruz, una piedra, una serpiente, una cesta llena de pan, una cruz patriarcal o una cruz con una escuadra.
Por su parte San Matías es considerado el apóstol número 13 y es conocido como “póstumo”, ya que Matías fue elegido por los otros 11 apóstoles del grupo. En los Hechos de los Apóstoles se afirma que cuando San Pedro decidió proceder a la elección de un nuevo Apóstol para reemplazar a Judas Iscariote, los candidatos fueron José, llamado Bernabé y Matías. Finalmente la elección cayó sobre Matías, quien pasó a formar parte del grupo de los doce. Según la tradición, predicó primero en Judea y luego en otros países. Los griegos sostienen que evangelizó la Capadocia y las costas del mar Caspio. Aunque no está claro en qué lugar ocurrió la muerte del apóstol, sus reliquias se veneran en la abadía de Tréveris, donde Santa Elena depositó sus restos.
La literatura apócrifa abunda en detalles acerca del martirio de San Matías, se cuenta que fue hecho prisionero por antropófagos, cegado, curado y liberado por San Andrés, y finalmente decapitado. Estas leyendas le han valido diversos atributos: espada, alabarda, piedras, cruz, hacha, esta última es la que más ha prevalecido y es la representación que podemos encontrar en la catedral de Jaca.
¿Sabías que…?
San Matías es considerado el santo patrono de los que luchan contra el alcoholismo. Se distinguió por la insistencia con que predicaba la necesidad de mortificar la carne. De la misma manera que existe el Camino de Santiago, dedicado al apóstol de este nombre, también hay un camino dedicado al apóstol Matías: un recorrido que comienza en Aquisgrán y termina en Tréveris. Es una ruta de casi 240 kilómetros.