Cronología: siglo XII.
Localización: Iglesia de Santiago en Jaca.
Como pieza del mes de noviembre y como penúltimo mes de este año jacobeo, vamos a analizar un capitel procedente del claustro románico de la catedral de Jaca que se custodia en el interior de la Iglesia de Santiago.
Este capitel se encontraba decorando el claustro del siglo XII de la Catedral, hasta el momento en que éste fue demolido en el siglo XVIII para adaptarlo a las necesidades de aquel momento. Con esta remodelación algunos de esos capiteles pasaron a manos de particulares, otros a decorar la lonja chica de la Catedral y el protagonista de esta pieza del mes fue a servir de pie a la pila bautismal de la iglesia de Santiago.
Se trata de una pieza del siglo XII labrada en caliza que mide 48 centímetros de ancho, 40 centímetros de alto y posee un diámetro en la base de 28 centímetros. Las cuatro caras están cuidadosamente trabajadas. En los ángulos sobresalen cuatro cabezas de león que ayudan a dar continuidad a la historia que se narra en el capitel.
Los personajes esculpidos van ataviados con una vestimenta clásica al modo romano, lo que es habitual en los capiteles de este momento, ya que los artistas buscaron, en muchas ocasiones, inspiración en motivos clásicos presentes, por ejemplo, en los sarcófagos paleocristianos.
Sobre la interpretación de las figura de este capitel hay varias hipótesis: Sonia C. Simon apuntó que se trata de una representación de las estaciones del año o de los planetas; la doctora Lourdes Diego apuesta por una representación del ciclo de la vida con nacimiento, muerte y salvación; a Antonio García Omedes, en cambio el ángel le sugiere la figura de san Miguel en la escena de la Expulsión del Paraíso, por lo que las figuras que aparecen a continuación se identificarían con Adán primero, y la que aparece oculta tras la vegetación sería Eva. En la cuarta cara del capitel aparecen dos hombres jóvenes representando a Caín y Abel, el peinado del primero recuerda a la forma de las bocas de los leones de este mismo capitel; El profesor Prado-Vilar igualmente identifica al ángel con San Miguel, pero el hombre que lo acompaña, en este caso no sería Adán, sino una representación del conde Sancho Ramírez.
¿Sabías que…? Este capitel se atribuye al Maestro Esteban o Maestro de las Platerías que fue un escultor y maestro de obras románico, y su obra puede ser rastreada a lo largo del Camino de Santiago. Se encuentran referencias suyas en San Isidoro de León, Santiago de Compostela, Sos del Rey Católico, Jaca y Saint Sernin de Toulouse. Caras redondeadas, vestimentas al modo clásico, cuidada escultura resaltando la anatomía, etc. son detalles que se pueden encontrar en varias de sus obras y ayudan a identificarlas como suyas.