El mes de octubre os contamos la historia de la sala Refectorio del museo que antiguamente fue la Capilla de Nuestra Señora del Pilar cuya advocación se celebra este mes.
En el lado norte del claustro de la catedral de Jaca hubo hasta el siglo XVI una pequeña capilla dedicada a la Virgen del Pilar. Debido al mal estado de conservación de esta zona, en marzo de 1584 la cofradía de Nuestra Señora del Pilar de Jaca decidió construir una nueva capilla para lo que pidieron permiso al cabildo catedralicio con el fin de ubicarla en el espacio del antiguo refectorio de los canónigos que tras su secularización en 1302 había perdido esta función.
En julio de 1584 se concedió el permiso necesario para llevar a cabo las obras, que se desarrollarían con celeridad, ya que hay constancia de que el día 8 de septiembre se celebró el oficio en honor a la Natividad de Nuestra Señora en la nueva capilla.
Según la documentación recogida por Mª Isabel Oliván Jarque, la capilla sería de una sola nave articulada mediante arcos fajones, cubierta con una techumbre de madera a la que se añadió la construcción de la cabecera, como todavía se aprecia en la actualidad, cubierta con bóveda de crucería estrellada y cerrada con una reja románica que según Lourdes Diego Barrado procedería del ábside central de la catedral. La antigua reja fue modificada por un artista local, Martín Bandrés, en 1636, quien combina las antiguas bandas románicas decoradas a base de espirales con nuevas barras de hierro torneado.
¿SABÍAS QUÉ…?
Con las primeras obras de creación del Museo Diocesano de Jaca, en 1963 la capilla del Pilar se convirtió en sala de exposición, trasladando esta advocación al ábside del lado sur de la catedral, donde se venera en la actualidad, presidida por una escultura en piedra de Nuestra Señora del Pilar procedente de la iglesia de Ruesta.