Siglo XVI
Pintura mural al temple arrancada y traspasada a lienzo
Procede de la iglesia de San Miguel de Sieso de Jaca
Para este mes de octubre volvemos a la Sala Refectorio de nuestro museo para conocer un poco más acerca de las pinturas murales provenientes de Sieso de Jaca (Huesca). Un fragmento que nos ofrece una temática poco común que sale de la típica representación de escenas bíblicas para mostrarnos, dentro de esa labor didáctica que supone la pintura mural medieval, los Siete Pecados Capitales. Esta iconografía habitual a finales de la Edad Media surgió en Francia, primero desarrollada en las miniaturas y más adelante en pinturas murales, y desde allí se extendió al otro lado de los Pirineos.
Es una obra que en origen estaba compuesta por los siete pecados capitales de los cuales sólo cuatro se han conservado completos. Los pecados se representan mediante un desfile de figuras humanas cabalgando sobre diversos animales, ya que desde la Antigüedad los animales han tenido un carácter pedagógico y han sido utilizados para transmitir conceptos morales. De izquierda a derecha aparecen: la gula, como un hombre montado sobre un cerdo que sujeta con su mano izquierda una jarra de la que va a beber y un jamón con la derecha; la ira como un hombre enfadado que se dispone a clavarse una espada y cabalga sobre un oso; la envidia como un personaje masculino encima de un galgo, y la lujuria como una mujer sobre una cabra que mira su rostro en un espejo y enseña la pierna entre sus vestiduras. Además, todos los personajes tienen sobre sus hombros una figura blanca, que representa al demonio que los va dominando y encima una cartela que identifica el pecado que representan. Desgraciadamente hemos perdido la representación de la pereza, la soberbia y la avaricia.
La representación de la lujuria es en la que mejor se aprecia la policromía y la única que conserva su rostro. Esto se debe a que a los otros 3 pecados y a los demonios se les arrancaron las caras con la creencia de que con ello, se evitaban los pecados que representaban. Sin embargo, la lujuria quedó oculta por un pilar que sujetó la nueva bóveda del templo lo que garantizó su conservación.
La representación de la envidia sobre el galgo la podemos asociar con la fábula clásica de “El Perro y su reflejo” de Esopo (S.VI a.C) quién nos cuenta como cuando un perro con una presa en la boca cruza un río y ve su imagen reflejada siente envidia de lo que está viendo, y tira el trozo de carne que portaba para coger el que ve reflejado en el agua.
Sabías que…
La de Sieso no es la única representación de esta temática que tenemos en el MDJ ya que en nuestros fondos se encuentran las pinturas de la iglesia de San Martín de Ordovés que representan el mismo tema de los Pecados Capitales de un modo similar. Se conserva un friso con la representación de cuatro pecados capitales montados sobre animales unidos entre sí por una cuerda, que desfilan de derecha a izquierda sobre un fondo vegetal.