Gótico. Siglo XVI
Temple sobre tabla
Procede de la Iglesia Parroquial de la Nuestra Señora Asunción de Gracionépel (Huesca).
Para seguir celebrando el Año Santo Jacobeo, este octubre hemos escogido como pieza del mes una imagen de San Jorge procedente de Gracionépel. Este santo, nacido en el siglo I d.C., fue por excelencia un santo viajero: natural de Capadocia (Turquía), en su juventud recorrió diversas áreas de Oriente Próximo, llegando incluso a aparecerse al rey Pedro I en Huesca.
La tradición cuenta que San Jorge nació en Capadocia, hijo de padres cristianos que pronto tuvieron que refugiarse con él en Palestina. Se alistó en el ejército romano y marchó a la región de Nicomedia (actual Turquía), lugar de residencia del emperador Diocleciano. Con el comienzo de la persecución contra los cristianos en el año 303, San Jorge declaró su fe cristiana ante del emperador, por lo que fue condenado a muerte.
En la tabla gótica de la iglesia de Gracionépel se ha representado el famoso episodio de la lucha de San Jorge contra el dragón, que no aparecía en las primeras versiones de la vida del santo; no sería hasta más tarde, ya en la Edad Media, cuando este pasaje empezó a ser difundido. La exégesis cristiana interpretó que San Jorge simbolizaba la figura del creyente; su caballo blanco, la Iglesia; y el dragón, el paganismo y Satanás. En esa misma época alcanzaría gran fama en Aragón, pues según la tradición el santo caballero se habría aparecido en la batalla de Alcoraz (1096) para ayudar al rey Pedro I a tomar la ciudad de Huesca.
Por estas razones, las representaciones de San Jorge fueron muy abundantes en Aragón durante la Edad Media y el Renacimiento. En la pintura de Gracionépel, el santo utiliza una indumentaria propia de un caballero medieval (en lugar de la de un soldado romano), la cual cubre sus extremidades con codales, rodilleras, escarpes y espuelas. También viste un manto rojo a modo de capa y un sombrero del mismo color con una pluma como decoración.
Los jaeces y la silla de montar del caballo son asimismo los típicos del siglo XVI. El animal se yergue en posición rampante, favoreciendo así que el santo clave su lanza en el cuerpo del dragón, sometido a los pies del caballo. La princesa a la que San Jorge salva de ser devorada por el monstruo aparece al fondo de la obra, enmarcada por un paisaje natural difícil de identificar; esta mantiene las manos cruzadas ante su pecho, gesto que simboliza la súplica por su vida.
¿Sabías que…?
La iconografía de San Jorge y Santiago es muy similar, contando ambos con atuendo de caballero y un caballo blanco. Esto se debe a que ambos santos cobraron importancia en el contexto de la Reconquista, y se convirtieron en alegorías de la lucha del cristianismo contra el Islam.