El Patrimonio Histórico Español es el principal testigo de la contribución histórica de los españoles a la civilización universal y de su capacidad creativa contemporánea. La protección y el enriquecimiento de los bienes que lo integran constituyen obligaciones fundamentales que vinculan a todos los poderes públicos, según el mandato que a los mismos dirige el artículo 46 de la norma constitucional. (LEY 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (BOE de 29 de junio de 1985) (*). Preámbulo)
Hoy no tendremos un término sobre el cual hablar, sino que nuestra cuarta semana de #pinceladasdearte queremos que se convierta en un homenaje para todos aquellos que se encargan de guardar y recuperar nuestro Patrimonio. Es por esto que hemos decidido comenzar con el primer párrafo del Preámbulo de nuestra ley de Patrimonio del año 85.
Y es que esta semana, en #pinceladasdearte, vamos a viajar a la pequeña localidad de Piedratajada (Zaragoza), en la comarca de Las Cinco Villas. De ahí proviene el San Sebastián del que hoy vamos a hablar ya que se cumplen 40 años de su robo, un 20 de noviembre del año 1975. En febrero de 2013, y gracias a la labor de la Brigada de Patrimonio de la Policía Nacional, esta magnífica obra atribuida al pintor aragonés Martin Bernat fue recuperada y traída a las dependencias del MDJ, donde se custodia desde aquella fecha.
Seguramente, aprovechando las vicisitudes históricas que estaban ocurriendo aquel día del año 1975 en el país, alguien pensó que era el momento idóneo para entrar en la iglesia de San Sebastián de esta pequeña localidad para sustraer la obra, que formaba parte de un valioso retablo del siglo XV. Era la tabla central del mismo, a la que acompañaban en las calles laterales San Fabián y San Cristóbal, un Calvario en el ático, y, en el banco, a ambos lados de un Ecce Homo, cuatro escenas de la vida San Sebastián: Prisión, el santo ante el emperador, martirio y entierro. En esta pintura se representa al santo a la manera de la pintura española, es decir, ataviado con un auténtico príncipe medieval con ricas vestiduras y equipado con arco y flechas en la mano. No será hasta el siglo XVI cuando se generalice la iconografía más conocida del santo, con el torso desnudo y asaeteado por las flechas, símbolo de su martirio.
A partir de ese momento y durante un larguísimo periodo de casi 40 años se pierde la pista a la tabla hasta que en 2012, se recibe un email en el que un anticuario portugués pide a las autoridades de este país permiso para exportar un óleo que representa a un San Sebastián. En ese correo se adjuntaba la fotografía antigua de un retablo proveniente de la iglesia de Piedratajada (Zaragoza). Para averiguar la situación legal de la obra, los agentes españoles en primer lugar localizaron, a través de los delegados Diocesanos de Zaragoza y Jaca, unas fichas de inventario elaboradas en 1995 por el Ministerio de Cultura y la Diócesis de Jaca, que permitieron ratificar el óleo como perteneciente al citado retablo.
En ese momento, Interpol decide intervenir. Se ponen en contacto con la policía portuguesa para confirmar el origen ilícito de la obra, aunque éstos responden que ya no se encontraba en el país luso sino en una galería londinense, que además ofertaba la obra. La propiedad de la obra era del galerista luso junto al galerista londinense, que la habría adquirido a un ciudadano alemán que residía en Portugal y que éste a su vez habría comprado la obra en los años 80 a un ciudadano ya fallecido. Los actuales propietarios fueron quienes decidieron llevar la obra definitivamente a Londres, sin el permiso pertinente, recuperándose y siendo traída al MDJ, como ya comentamos, en febrero de 2013.
Y esta es la rocambolesca historia de la desaparición y recuperación de una magnífica tabla. Una de tantas obras de nuestro patrimonio que han tenido la suerte de haber sido rescatadas para que todos la podamos disfrutar, gracias a la incansable labor de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional, y a la coordinación entre los diferentes cuerpos de seguridad europeos.