Proceden de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Navasa (Huesca)
Hacia 1200. Maestro de Navasa.
196 cms x 300 cms
Fragmento de la Epifanía y Huida a Egipto
Pintura integrada por dos escenas de la infancia de Jesús: la Adoración de los Magos a la izquierda y la Huida a Egipto a la derecha.
La Epifanía la componen la Virgen con el Niño a la izquierda y los tres Reyes Magos a la derecha. La Virgen está representada de modo sedente sujetando a Jesús en su regazo bajo un arco de medio punto con cortinajes blancos atados a las columnas. Ambos llevan nimbos y aparecen ligeramente girados hacia su izquierda. Los Reyes Magos, con coronas de tres puntas, portan sus presentes en diferentes actitudes: Gaspar arrodillado ante el Niño le hace entrega de un objeto, Melchor en el centro contempla la escena y sujeta su presente y Baltasar señala al cielo con su dedo índice. Completa esta escena la estrella que aparece sobre el arco.
La Huida a Egipto se desarrolla entre dos árboles de sencilla ejecución y muestra a la Virgen con el Niño sobre un caballo. Jesús presenta el cuerpo fajado, quedando visible sólo su rostro. El caballo, que es de color amarillo y presenta lunares por todo el cuerpo, deja dos de sus patas en alto.
El fondo está dividido en dos bandas cromáticas horizontales: azul la superior y verde la inferior. Además, la pintura se completa en la zona superior e inferior con dos grecas decorativas a base de motivos geométricos.
Tanto los personajes como las propias escenas están identificados mediante inscripciones de color blanco.
La obra presenta significativas lagunas en los extremos laterales y en la zona inferior izquierda y central.
Fragmento de San Lucas
En el segundo fragmento expuesto y restaurado en 2017, que se puede contemplar en la Sala Capitular del MDJ, observamos los símbolos de dos de los evangelistas: el imponente toro alado de San Lucas y la parte inferior del águila de San Juan ambos con el libro de los Evangelios. Entre ellos el maestro de Navasa introduce las figuras de dos arcángeles: San Miguel o San Gabriel, sólo parcialmente conservado a la izquierda y San Rafael (RAPHAEL), en el lado derecho. Éste se presenta en actitud de acogida con las piernas giradas hacia atrás en un brutal escorzo, las alas totalmente desplegadas y los brazos abiertos protegiendo a los viajeros ya que él es su patrón y a quien debían invocar para lograr la sanación, y es que no hay que olvidar que serían muchos los peregrinos que a través de las tierras del Campo de Jaca enlazarían por Navasa con la ruta Jacobea. Junto a los evangelistas y compartiendo con ellos la bóveda celestial, conservamos fragmentariamente la figura de San Juan Bautista (con su manto ribeteado de piel de camello).