Hacia 1510-1520
Óleo sobre tabla
Procede de la iglesia parroquial de San Miguel de Otal
En septiembre mostramos esta pintura dedicada a San Miguel procedente de la iglesia parroquial de Otal ya que la D.G.A. acaba de aprobar la restauración de este edificio, cuyo ábside responde al modelo de las iglesias del círculo larredense al presentar la típica decoración de arquillos ciegos y friso de baquetones. La actual restauración del edificio, declarado Bien de Interés Cultural en 1982, engloba la rehabilitación de las cubiertas y la limpieza de los muros y tiene un plazo de ejecución de tres meses y medio.
Esta pintura de Otal representa a San Miguel arcángel de pie en un espacio interior sobre un suelo embaldosado que otorga profundidad a la obra. El santo es un joven con corona y nimbo, con las alas completamente desplegadas y ataviado como guerrero con armadura sobre la que viste una capa roja. Aparece sujetando una balanza cuyos platos están ocupados por sendas figuras arrodilladas, aludiendo así al Juicio Final, y pisoteando y alanceando al demonio, el cual combina elementos zoomorfos y antropomorfos ya que presenta varios rostros en los hombros y el vientre y garras de ave con las que tira de ambos platos para desequilibrar la balanza.
Esta iconografía de San Miguel psicopompo se asoció a la de ciertas divinidades paganas. Así, el dios egipcio Anubis y el dios griego Hermes también eran encargados de pesar las buenas y las malas acciones de los difuntos y de conducir sus almas hacia la vida o el castigo eternos.
¿SABÍAS QUE…?
A pesar de las escasas veces que aparece citado en la Biblia, San Miguel es el arcángel con mayor devoción, por ser el encargado de dirigir los ejércitos celestiales en la lucha contra el demonio y los ángeles rebeldes.
En la Baja Edad Media, debido al contexto de desolación que vivía Europa, este santo adquirió mucha importancia como defensor de la Iglesia frente al mal. Además la Leyenda Dorada contribuyó a divulgar su culto y el de otros santos protectores contra la muerte que pasaron a ser patrones de ciudades y a velar sus puntos elevados y sus lugares de acceso.