Autor: Juan de la Abadía el Viejo
Gótico, siglo XV
Temple sobre tabla con retoques al óleo, dorado y plateado
Proceden de la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel de Abena
Este mes descubrimos dos piezas de un retablo dedicado a San Miguel, encontradas en la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel de Abena en la comarca de la Jacetania. Estas obras se exponen en el ámbito de arte gótico del Museo Diocesano de Jaca, siendo su autor Juan de la Abadía el Viejo, a quien sabemos que le es encargado también (en torno a 1473) un retablo dedicado a Santa Orosia para la Catedral de Jaca, hoy perdido. Ambas piezas (tabla de San Miguel y tabla de Cristo Salvador) fueron halladas por D. Felipe García Dueñas ocultas en la misma iglesia detrás de otro retablo de estilo barroco.
Ambas tablas destacan por su gran colorido, el detallismo a la hora de representar los pliegues de las telas y el uso de pan de oro para dar riqueza a los fondos y los nimbos que coronan a los personajes.
En la primera obra (tabla de San Miguel) aparecen un Descendimiento y una imagen del mismo santo. San Miguel viste capa y armadura, está alado (siendo así diferenciado de San Jorge) y sujeta una lanza con la mano derecha con la que atravesaría el cuerpo del Demonio, actualmente desaparecido. El Arcángel se retrata como conductor de almas (psicopompo), por ello aparece con una balanza que en cada plato soporta un pequeño personaje, simbolizando las buenas y las malas acciones. San Miguel se reconoce además como jefe de los ejércitos de Dios y protector de la Iglesia. Sobre la figura del santo aparece la Virgen con el cuerpo de su hijo, y a sus lados San Juan Evangelista y María Magdalena.
En la segunda tabla (Aparición de San Miguel en Roma y Cristo Salvador) se representa la procesión presidida por el papa Gregorio Magno para acabar con la peste en Roma. De esta forma el Arcángel, sobre el mausoleo, limpia su espada de sangre, poniendo fin milagrosamente a la epidemia. Finalmente, en la parte inferior aparece Cristo bendiciendo con su mano derecha y portando en la izquierda una esfera transparente sobre la que se coloca una cruz de oro, aludiendo al poder de la Iglesia sobre el mundo además de la salvación de la humanidad.
El estado de conservación de las obras era lamentable, debido a importantes ataques de xilófagos que habían provocado la casi total desaparición del soporte de madera por lo que fueron intervenidas en restauración entre los años 2005 y 2007 por la empresa Tesera.
¿Sabías que…?
Para restaurar ambas piezas, se utilizaron dos técnicas diferentes de reintegración cromática (colorear de nuevo las lagunas de policromía perdidas) a base de acuarelas. Estas técnicas son el puntillismo y el estarcido.
El puntillismo consiste en crear la tonalidad deseada yuxtaponiendo puntos de colores realizados con un pincel fino que se fusionan en el ojo del espectador, mientras que el estarcido consiste en aplicar el pigmento pulverizado. De esta forma, ninguna imita por completo la policromía original, sino que nos permiten diferenciar esta con facilidad de la intervención.