Localización: Altar de la Catedral de Jaca.
Autor: Fray Manuel Bayeu Subías.
Estilo: Barroco.
El día 24 de este mes se celebra la festividad de San Bartolomé que, según los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, formó parte del grupo de los apóstoles de Jesús, también fue testigo de la ascensión de Jesús y podemos encontrarlo retratado en el altar mayor de la Catedral de Jaca.
Según el Evangelio de San Juan, Natanel fue uno de los discípulos a los que Jesús se apareció en el Mar de Tiberíades después de su resurrección. San Juan es el único evangelista que menciona a un tal Natanel, y como siempre lo hace seguido del nombre de Felipe, la tradición ha asimilado a Natanel con Bartolomé, ya que en los evangelios sinópticos es esta misma la posición que ocupa San Bartolomé.
Según la tradición, Bartolomé tras el Pentecostés marchó a predicar el evangelio a India, y allí dejó una copia del Evangelio de san Mateo en arameo.
“La leyenda dorada” de Santiago de la Vorágine, un conocido hagiógrafo del siglo XIII, describe a San Bartolomé como Un hombre de estatura corriente, cabellos ensortijados y negros, tez blanca, ojos grandes, nariz recta y bien proporcionada, barba espesa y un poquito entrecana. Su semblante presenta constantemente aspecto alegre y risueño. Añade además que se mantuvo ajeno al amor de las cosas en este mundo, vivió pendiente de los amores celestiales y toda su vida permaneció apoyado en la gracia y el auxilio divino, no sosteniéndose en sus propios méritos sino sobre la ayuda de Dios.
El martirio y muerte de este apóstol se atribuyen a Astiages, rey de Armenia y hermano del rey Polimio, a quien Bartolomé había convertido ya al cristianismo. Como los sacerdotes de los templos paganos de este reino protestaban reiteradamente porque se estaban quedando sin seguidores, como consecuencia de la labor evangelizadora de este santo, el rey lo mandó llamar y le exigió que adorara a sus ídolos. Bartolomé se negó y ante esta afrenta el rey Astiages ordenó que fuera desollado vivo en su presencia hasta que renunciara a Dios y al cristianismo o muriese.
En cuanto a su iconografía, en las representaciones artísticas se le reconoce por ser un personaje que porta un gran cuchillo, aludiendo a su martirio, y en ocasiones, como es el caso de la capilla Sixtina del Vaticano o la catedral de Jaca, aparece desollado y llevando la piel de todo su cuerpo en la mano, como si se tratara de una prenda de vestir. En la época barroca, se pone más de moda representarlo como apóstol con un manto blanco, las escrituras y el cuchillo del martirio.
¿Sabías que…?
Se cree que las reliquias de San Bartolomé reposan en la iglesia del mismo nombre en la Isla Tiberina (Roma), aunque según la tradición armenia éstas se también podrían estar en el Monasterio de San Bartolomé, en Vaspurakan, un territorio al este de Turquía. San Bartolomé es el patrono de los curtidores y los trabajadores de las pieles, que usan o fabrican cuero para moda, encuadernadores, pastores y vaqueros.