Hacia 1520
Óleo sobre tabla
Para conmemorar la onomástica de San Vicente Mártir celebrada el 22 de enero hemos elegido esta pintura sobre tabla procedente de la iglesia parroquial de Larués, que forma parte de la colección renacentista del museo expuesta en la antigua biblioteca catedralicia.
San Vicente, natural de Huesca, fue diácono del obispo San Valero de Zaragoza, y ambos fueron arrestados durante las persecuciones de Diocleciano, llevadas a cabo en la Península por el prefecto Daciano quien ordenó conducirlos a pie hasta Valencia. En esta ciudad tuvo lugar el martirio de San Vicente, donde entre otros muchos tormentos sufrió la tortura del potro. Tras su muerte, Daciano, para deshacerse del cuerpo del santo, mandó arrojarlo a un muladar donde un cuervo impidió que fuera devorado por las aves, y posteriormente mandó tirarlo al mar con una rueda de molino atada al cuello, pero las olas lo devolvieron a la orilla, donde fue cristianamente enterrado. Todo ello ocurrió durante el mes de enero del año 304.
En esta pieza de Larués vemos la iconografía habitual que hace referencia al martirio del santo, ya que se representa de pie con la palma en la mano derecha que lo identifica como mártir, la cruz en aspa usada como potro y la rueda de molino con la soga atada al cuello. Además el santo sujeta con su mano izquierda el libro como símbolo de la Fe que nunca rechazó.
¿TE HAS FIJADO EN…? San Vicente viste una dalmática, túnica de mangas anchas y cortas, característica de los diáconos. Y es que San Vicente es uno de los tres primeros diáconos que dieron su vida por el cristianismo junto a San Esteban en Jerusalén y San Lorenzo en Roma.