Localización: Catedral de Jaca.
Autor: Fray Manuel Bayeu Subías.
Estilo: Barroco.
Este año hemos pensado cambiar un poco la temática de las piezas del mes, vamos a buscar la festividad de algún santo destacado del mes en el que nos encontramos y a localizarlo en las pinturas de la cúpula del Altar Mayor de la Catedral de Jaca realizadas por Fran Manuel Bayeu en 1792. Así damos comienzo a este 2023 con la Conversión de San Pablo que se celebra el 25 de enero.
Lo primero que hay que plantearse es ¿por qué la Iglesia celebra la conversión de este santo y no la de otros? La respuesta es que en la conversión de San Pablo concurrieron tres circunstancias que hicieron de ella un acontecimiento verdaderamente excepcional: En primer lugar la extraordinaria ejemplaridad, también la repercusión que tuvo este hecho en los primeros cristianos y el milagro que ocurrió.
El capítulo 9 de los Hechos de los Apóstoles de la Biblia cuenta como Pablo, un joven judío conocido con el nombre de Saúl, era militar y se dedicaba a perseguir a los cristianos. Estaba realmente preocupado por la expansión que esta nueva religión estaba teniendo a su alrededor y por ello decidió salir a combatirlo.
Fue autorizado a viajar a la ciudad de Damasco para apresar y encarcelar a todos los cristianos que se encontrara en esa ciudad, pero en el momento en que estaba preparado para entrar, una poderosa luz lo cegó y una voz le preguntó “¿Por qué me persigues?, él respondió ¿Quién eres tú Señor? Y oyó que le decían: “Yo soy Jesús a quien tú persigues. Pero ahora levántate; entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tendrás que hacer”.
Los hombres que iban con él se habían detenido, mudos, pues ellos no oían a nadie. Saulo se levantó del suelo y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Sus compañeros lo guiaron y lo hicieron entrar en Damasco, y así pasó tres días sin comer ni beber.
Allí un discípulo llamado Ananías curó a San Pablo de la vista y lo bautizó, y así comenzó a introducirse en la comunidad católica de la ciudad y a predicar el evangelio. Saulo se cambió el nombre por el de Pablo. La frase con la que se resume la vida y obra de San Pablo es “El que antes nos perseguía, ahora anuncia la buena noticia de la fe”.
Nerón condenó y sentenció a muerte a San Pablo, y al ser ciudadano romano, su ejecución debía ser sólo por decapitación. Según la tradición, al ser decapitado, su cabeza rodó por la pendiente del terreno, rebotando tres veces en él. Y, en cada uno de los tres puntos donde la cabeza dio con el suelo, surgió un manantial. El primero caliente, el segundo templado y el tercero frío.
¿Sabías qué…?
San Pablo se representa tradicionalmente de edad madura, calvo y con barba, tal y como aparece en la representación de la cúpula de Bayeu. Su atributo personal es la espada, instrumento de su martirio. También lleva un papel escrito o un libro, en relación a sus cartas.
La espada utilizada para la muerte de San Pablo fue llevada a Toledo por el cardenal Gil de Albornoz en el siglo XIV, pero se perdió durante la Guerra Civil Española y, aunque durante muchos años se ha buscado, todavía no ha sido posible localizarla.