Con la sección de “Piezas del mes” de este año 2024 queremos dar más difusión a la segunda planta del Museo Diocesano de Jaca, que es la que alberga la colección de las piezas que no pertenecen al periodo románico.
Empezamos este año con uno de nuestros óleos más conocidos que es el de Santa Bárbara. En la representación aparece Santa Bárbara como una mujer joven, que se encuentra de pie junto a una torre y dirigiendo su mirada hacia arriba. Viste una lujosa túnica con piel de armiño y un manto. Apoya el brazo derecho sobre la torre, doblándolo en una postura poco natural y con la mano sujeta una palma alusiva a su martirio, mientras que el brazo izquierdo lo deja estirado con la mano abierta, mostrando la palma hacia arriba.
La torre presenta dos cuerpos claramente diferenciados. La parte inferior es de una ejecución más cuidada, cuenta con tres escalones que dan acceso al interior a través de una gran puerta de arco de medio punto. En el cuerpo se abren tres ventanas superpuestas y la parte alta remata en almenas. Encima aparece otra estructura circular más estrecha y de color más oscuro que sobrepasa en altura a la protagonista. La tosca ejecución de la anatomía de la santa contrasta con la riqueza de las vestimentas y el cuidado tratamiento de la luz.
Santa Bárbara nació alrededor del siglo III y desde muy joven su padre la encerró en una torre para evitar que se casara joven y que pudiera tener contacto con los cristianos. Durante este encierro recibía maestros y aprendía poesía, filosofía y otros temas. Con el tiempo y terminó por convertirse al cristianismo y tras ser bautizada, pidió que se construyera una tercera ventana en su habitación, simbolizando así la Santísima Trinidad.
Cuando su padre acudió a visitarla un día, ella le confesó que era cristiana y además se negó a aceptar el matrimonio que éste le propuso. Así que su padre montó en cólera y quiso matarla. El padre la persiguió, la capturó y fue martirizada: la ataron a un potro, fue flagelada, desgarrada con rastrillos de hierro, colocada en un lecho de trozos cortantes de cerámica y quemada con hierros candentes. Finalmente, su padre la envió ante el tribunal, donde la declararon culpable y la condenaron a la pena capital por decapitación. Fue su padre el encargado de ejecutar la sentencia en la cima de una montaña, tras lo cual un rayo lo alcanzó, dándole muerte también.
¿Sabías que…?
Por relacionarse con las explosiones, es la patrona de los artilleros y los mineros. Se usa el nombre de esta santa, “santabárbara” para denominar los polvorines y almacenes de explosivos. Se la considera protectora conta los daños del temporal, los rayos y las centellas: de aquí deriva la popular frase de “acordarse de Santa Bárbara cuando truena”, que se usa para aludir a quienes únicamente piensan en la solución a un problema cuando se hace muy evidente.