Nuestra Señora del Burnao

MAYO. NUESTRA SEÑORA DEL BURNAO

Gótico internacional, finales del siglo XIV

Talla de madera policromada

Procede de la ermita de Nuestra Señora del Burnao

Mayo es el mes escogido por la Iglesia para celebrar la figura mariana, motivo por el que en el MDJ hemos seleccionado como Pieza del Mes la talla de Nuestra Señora del Burnao. Se trata asimismo de una imagen estrechamente ligada al fenómeno de la peregrinación, pues procedía en origen del barrio del Burnao o Bugonovo (un asentamiento comercial a las afueras de la muralla jaquesa especializado en la venta de bienes a los peregrinos que llegaban a la ciudad).

Frente a la iconografía sedente y mayestática que suele caracterizar a las Vírgenes románicas, esta imagen ostenta ya una sensibilidad claramente gótica. María, cubierta con un manto azul como símbolo de su pureza y su condición celestial, aparece erguida sosteniendo al Niño con su brazo izquierdo. En su diestra aún se aprecia un tallo vegetal, único vestigio de un ramo de flores que no ha llegado a nuestros días. Tampoco se conserva la corona que ciñó en época medieval la cabeza de la Virgen. Si bien el rostro de la Madre y el Niño todavía demuestran cierta inexpresividad, puede apreciarse ya un notable naturalismo en los gestos de ambos y en el tratamiento de sus ropajes.

Prueba de este naturalismo y de la elegancia a los que probablemente aspirase el creador de la talla es el hecho de que la estilizada figura de la Virgen se combe ligeramente en su mitad superior. Esta postura recibe el nombre de hanchement, y consiste en la inclinación del tronco de las figuras mediante el adelantamiento de la pierna derecha y la consecuente desviación de la cadera. Esta elegante asimetría se ve reforzada en la talla del Burnao con la colocación del Niño en el lado opuesto y con el juego de los textiles y sus pliegues.

Esta tipología de tallas marianas es típicamente francesa, lo que apunta a que el autor de la imagen pudo ser de origen ultrapirenaico. Esta hipótesis se ve reforzada si consideramos que la escultura originalmente fue custodiada en la ermita de Nuestra Señora del Burnao, de la que recibe su nombre. El Burnao era un barrio extramuros ubicado en la zona norte de Jaca y poblado mayoritariamente por comerciantes venidos de tierras francesas. El templo fue derribado en 1595, poco después de que Felipe II decidiese erigir en esa zona el castillo de San Pedro (la Ciudadela). En ese momento, la talla se trasladó a la iglesia de San Pedro el Viejo, para ser finalmente reubicada en la Catedral de Jaca en 1841.

¿Sabías que…?

Aunque el barrio del Burnao disfrutó de una notable prosperidad, también sufrió diversos ataques. A principios del siglo XII fue incendiado en dos ocasiones por el rey García Ramírez de Navarra, como consecuencia de los conflictos entre su reino y el de Aragón. Felipe II ordenó su demolición en 1592, lo que llevó a que muchos habitantes del Burnao se realojaran en el interior de las murallas, y a que parte de las piedras y materiales constructivos fueran reutilizados en la construcción del convento de las Benitas.

Deja un comentario