En esta séptima semana, las últimas #pinceladasdearte de 2015, las vamos a dedicar a una de las cuestiones más demandadas por los visitantes de nuestro museo: ¿Cómo se arrancan las pinturas murales del muro de las iglesias?. Y es que resulta un proceso increíble y fascinante, casi mágico, que incluso a los que lo tratamos de explicar en las visitas guiadas nos resulta realmente sorprendente y que se resume en un término italiano: #Strappo.
Lo primero que debemos comentar es que el proceso de arranque de pintura mural es un proceso bastante traumático para las pinturas, y que el verdadero sentido de éstas se encuentra en su lugar de origen, donde se establece ese dialogo necesario entre la pintura y la arquitectura. Al arrancarlas estamos perdiendo esa relación con el espacio para el que fueron creadas. Pero también es cierto, que entendiendo el contexto histórico en el que éstas fueron arrancadas, a día de hoy podemos disfrutar de un buen número de obras que si no llegan a ser sacadas en su día de su soporte original, seguramente habrían desaparecido. Esta operación fue vital para muchas de ellas y quién sabe si a día de hoy no habrían desaparecido obras como las “Pinturas Negras” de Goya (hoy en el el Museo del Prado) o nuestro ábside de San Juan Bautista de Ruesta.
Con respecto al término #strappo proviene del italiano «strappare», que significa «arrancar» en español, y es que básicamente lo que hacemos con esta técnica es eso: arrancar la última capa del fresco la que contiene la película pictórica, el color. En la mayoría de los casos el dibujo preparatorio (la sinopia) queda en el muro. El uso de esta técnica se va a extender a finales del siglo XIX y principios del XX, principalmente con la aparición del coleccionismo y la especulación en el mundo del arte. Y aunque es un tema muy polémico, también debemos decir que gracias a esta técnica de arranque, muchos frescos pudieron salvaguardarse de los bombardeos de la aviación durante las dos guerras mundiales. Y es que el #strappo tiene como gran ventaja la de transportar muy fácilmente estas obras.
En cuanto al proceso, para realizar un #strappo lo que hacemos es aplicar una o varias capas de gasa de tela, que se pegan al muro con un fuerte adhesivo (normalmente cola orgánica) que al secarse hace que al tirar de la tela nos llevemos la pintura, por lo que la elección de estos elementos va a ser esencial para el éxito del proceso. El último paso será limpiar el reverso de la pintura para colocarla como un nuevo soporte, y así poder retirar el adhesivo y la gasa con algún disolvente. Lo que hacemos, explicándolo de una manera muy básica, es un proceso similar al de pegar una calcomanía.
En los años 60, una serie de hallazgos de pintura mural medieval en pequeños pueblos de la Diócesis de Jaca que estaban al borde de la desaparición, realizados principalmente por un sacerdote, d. Jesús de Auricenea. requiere de la ayuda del restaurador catalán Ramón Gudiol Ricart para, mediante la técnica del #strappo, recuperar y restaurar estas pinturas que se convertirán en el núcleo sobre el que va a girar el Museo Diocesano de Jaca.
Sabías que…?
El #strappo no es el único proceso conocido con respecto al arranque de pintura al fresco existiendo otros dos modos de realizar este proceso: El “stacco”, en el que arrancamos la capa de preparación o #intonacco, y “a massello” en el que arrancamos hasta el soporte, es decir, el muro del lugar en el que se encuentre la obra, siendo este último el método más antiguo que se conoce (en la Antigua Roma ya fue comentado este tipo de intervención por Vitruvio y Plinio) y, sin duda, el que necesita de más medios para su ejecución debido a su complejidad.
Esperamos que hayáis disfrutado de nuestras #pinceladasdearte de este año. Os esperamos seguir contando más cosas ya en 2016.