Septiembre 2015. Anunciación de Concilio

Siglo XV

Óleo sobre tabla

Iglesia parroquial de la Asunción de María, Concilio

El 29 de septiembre se celebra la festividad de los santos arcángeles: Gabriel, Miguel y Rafael. En esta ocasión nos queremos centrar en San Gabriel quien es el mensajero de Dios portador de buenas noticias, por tanto es él quien anuncia a Zacarías el nacimiento de San Juan Bautista y a la Virgen María el nacimiento de Jesús, siendo esta última la escena en la que aparece representado en mayor número de ocasiones y la que hemos elegido como pieza de septiembre.

La obra que presentamos este mes es una pintura al óleo sobre tabla que formaba parte del retablo de la iglesia de Concilio junto a otras cinco piezas dedicadas a la Virgen con Niño, el Nacimiento de Jesús, la Epifanía, el Calvario y la Dormición. Dicho retablo, datado en el último cuarto del siglo XV, se enmarca en la tendencia del gótico hispano flamenco caracterizada por el uso de colores vivos, un mayor realismo y gran detallismo en la representación.

La Anunciación representa el momento en el que el arcángel San Gabriel anuncia a la Virgen María que va a ser madre de Jesús. Únicamente San Lucas relata en su evangelio (1, 26-38) este episodio acaecido en Nazaret. No describe el lugar, pero sí alude al desconcierto de María ante las palabras del ángel, lo que determinará que generalmente aparezca turbada y en actitud de recogimiento. En la tradición bizantina la escena suele desarrollarse en el exterior entre arquitecturas que simbolizan la ciudad de Nazaret, mientras que en el arte occidental la escena acaece en un interior que puede ser un templo o, como en este caso, una estancia burguesa  cuyo mobiliario dota de familiaridad a la escena. Asimismo aparece una ventana que además de aportar realismo constituye un símbolo virginal.

Si bien la Virgen puede aparecer sola, la pintura de Concilio sigue la iconografía más frecuente en la que María se encuentra en un interior doméstico junto al arcángel San Gabriel. La Virgen, vestida generalmente con túnica roja y manto azul, puede estar de pie o sentada y desde finales de la Edad Media también arrodillada en señal de humildad al escuchar las palabras del ángel. Además esta escena responde al modelo iconográfico según el cual María aparece leyendo y muestra la palma de la mano en señal de sorpresa ante el anuncio divino. Por su parte, el arcángel con las alas desplegadas muestra una actitud más activa y aparece iniciando una genuflexión recordando la costumbre feudal del caballero arrodillado ante la dama. Sujeta un báculo como símbolo de su poder que en este caso está rematado en una flor de lis que alude a la pureza de María. Además San Gabriel señala a la Virgen con su mano derecha y porta una filacteria con la inscripción Ave María Gratia Plena. Entre ambos y volando hacia la Virgen María aparece la paloma como símbolo del Espíritu Santo que alude a la Encarnación.

¿SABÍAS QUE…?

El tema de la Anunciación es uno de los más habituales en la historia del arte cristiano. Su origen se remonta a la Antigüedad, apareciendo ya en las Catacumbas de Priscila en Roma (s. III), si bien su mayor auge se dio a partir del Gótico y el Renacimiento debido al desarrollo del culto mariano.

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