SEPTIEMBRE 2022. ERMITA NUESTRA SEÑORA DE LA VICTORIA

Para el mes de septiembre nos alejamos un poco del centro de Jaca y nos trasladamos hasta la ermita de Nuestra Señora de la Victoria ya que es uno de los edificios que los peregrinos jacobeos contemplan cuando salen de la Ciudad.

Esta construcción se erige en unos terrenos conocidos como los Llanos de la Victoria en recuerdo a la contienda acaecida el Primer Viernes de Mayo en fecha indeterminada de entre los años 732 y 778. Fue una batalla en la que un reducido grupo de guerreros jacetanos dirigidos por el Conde Aznar Galíndez, lograron repeler el ataque de miles de combatientes musulmanes, pero no lo hicieron solos, ya que las mujeres jacetanas también decidieron acudir al campo de batalla armadas con sus enseres domésticos, que al entrar en contacto con los rayos del sol, provocaron reflejos que hicieron creer al enemigo que nuevos ejércitos cristianos fuertemente armados acudían en ayuda de los jaqueses, por lo que huyeron rápidamente. En el 1567 el Concejo de la ciudad cedió el templo a la Orden de los Carmelitas Descalzos, quienes crearon allí un convento, que abandonaron en 1614 para trasladarse a una ubicación más cómoda dentro de Jaca. Muestra de su estancia en la Ciudad es la iglesia del Carmen, en la calle del mismo nombre.

La ermita que se puede visitar en la actualidad responde casi por completo a la reconstrucción que se hizo de ella en el siglo XIX, ya que el templo anterior quedó prácticamente arrasado con la invasión napoleónica de los años 1809 – 1813. A pesar de la tristeza y la conmoción inicial por la pérdida del templo, las obras de reedificación se comenzaron muy pronto y en el 1816 la ermita ya estaba concluida.

Para conseguirlo las autoridades civiles y eclesiásticas hicieron un llamamiento al pueblo para que prestara su colaboración. Se hizo una colecta popular en la que todos contribuyeron en la medida de sus posibilidades, así como el Ayuntamiento de Jaca y el Cabildo Catedralicio, que ante la urgencia de la obra, adelantó clavos, tablas y otros materiales. El gobernador eclesiástico también pidió a los pueblos de la Comarca que contribuyeran en las obras transportando materiales y cal durante unos determinados días de febrero. Los pueblos que aparecen citados como colaboradores fueron Asieso, Guasillo, Banaguas, Abay, Ascara, Santa Cilia, Atarés, etc.

También en el siglo XIX, una vez construido este templo y cumpliendo las leyes que obligaban a sacar los cementerios a las afueras de las poblaciones, se adosará a la ermita el cementerio de la localidad.

¿Sabías qué…?

La talla de la Virgen de la Victoria ocupa la calle central de un retablo, posiblemente reaprovechado, ya que no guarda ni unidad estilística ni temática con el resto de composiciones que aparecen, que presenta escenas de la vida de San Juan Bautista.

También llama la atención una imagen de la Virgen coronada, pero no así el Niño, queriendo quizás simbolizar que el Hijo cede todo el protagonismo a su Madre, ya que fue ella la artífice de que las tropas cristianas vencieran en la batalla de Jaca.

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