Mayo 2013. Aguamanil de San Voto

Primera mitad del siglo XII

Bronce con decoración incisa

Procede del Monasterio de San Juan de la Peña

El día 29 de mayo se celebra la festividad de San Voto y San Félix, por lo que hemos elegido como pieza del mes este  aguamanil procedente del monasterio de San Juan de la Peña.

Esta pieza se expone en la zona de las capillas claustrales del MDJ junto a otro aguamanil que también formaba parte del ajuar del monasterio, aunque en un momento indeterminado ambas piezas pasaron a usarse como relicarios, colocadas una invertida sobre la otra, a modo de caja que fue empotrada en el ara del altar mayor de la iglesia románica del monasterio pinatense. Fue así como los aguamaniles fueron descubiertos por vez primera en el siglo XVII, aunque volvieron a depositarse en el mismo lugar hasta que fueron redescubiertas por el arquitecto Francisco Íñiguez durante las obras de restauración del monasterio en 1936. Tras su hallazgo pasaron a exhibirse en el Museo Arqueológico Nacional  y en 1942 retornaron al Obispado de Jaca hasta que ingresaron en la colección del MDJ.

El aguamanil de San Voto está decorado con siete escenas de caza articuladas bajo arcos. En la primera imagen aparece un jinete portando una lanza con la que se dispone a atacar al animal representado en el espacio contiguo. Bajo las restantes arquerías se representan a una serie de feroces animales, culminando la decoración con una escena  que muestra a un personaje masculino portando una maza y un cuerno, motivo por el que se ha interpretado como un bateador de la posible cacería. Y es que, todas estas representaciones cinegéticas pueden estar aludiendo a la mítica cacería que dio origen a la fundación del monasterio pinatense. Según la leyenda, este noble zaragozano llamado Voto iba a caballo persiguiendo un ciervo cuando, en el fragor de la cacería, su corcel se descontroló precipitándose al vacío; la muerte parecía segura pero Voto invocó protección a San Juan Bautista y, milagrosamente, su caballo se posó suavemente sobre una roca junto a la que descubrió una cueva con el cuerpo del ermitaño Juan de Atarés. Impresionado por su milagrosa salvación vendió todos sus bienes y se trasladó a vivir a dicha cueva junto a su hermano Félix y otros cristianos zaragozanos.

¿SABÍAS QUÉ…?

Los restos de estos los hermanos protagonistas de la leyenda fundacional del monasterio de San Juan de la Peña se conservan desde el siglo XIX en la catedral de Jaca, bajo la mesa del altar, concretamente en la urna de plata de la derecha.

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