La colección de frescos románicos del MDJ destaca por su variedad y riqueza hasta el punto de ser una de las más reconocidas de toda Europa. Si bien esta constituye el principal valor patrimonial del museo, otras piezas de la colección también demuestran una calidad equiparable. Este es el caso de las tres rejas románicas conservadas en el claustro, lo que ha llevado recientemente a L. Diego Barrado a afirmar que el de Jaca es el conjunto catedralicio con más metros de rejería románica de España y en mejor estado de conservación.
Sin duda, la pieza más destacable en este ámbito es la verja de Iguácel, obra de rejería realizada entre finales del siglo XI y principios del siglo XII; esta cronología la convierte en una de las rejas románicas más antiguas de nuestro país. Actualmente se expone a la entrada de la Sala Bagüés, aunque su emplazamiento original era el presbiterio de la ermita de Santa María de Iguácel, separando así la nave de la cabecera del templo. Ahí cumplía dos funciones, protectora (impedir que los fieles profanasen el altar y custodiar el tesoro litúrgico) y simbólica (dar empaque a la zona más sagrada de la iglesia y rodearla de cierto halo de misterio).
Para cumplir ambos propósitos, los artesanos que trabajaron en esta reja la compusieron a partir de varillas de hierro moldeadas en forma de espiral. Este motivo, muy común en la rejería románica de los siglos XII y XIII, en Iguácel adquiere matices únicos. En el lado izquierdo, probablemente realizado por un maestro más experimentado, todas las espirales rematan con un motivo diferente. Entre estos pueden observarse elementos vegetales, cabezas de animales e incluso criaturas fantásticas, como monstruos bicéfalos. Sin embargo, la decoración más sorprendente de esta reja es el rostro de hombre barbado forjado al final de una de las espirales, que la convierte en una pieza sin parangón.
Interpretar el simbolismo de esta reja resulta complejo para los ojos contemporáneos. F. Olaguer-Feliú defiende que la forma ondulante de las espirales de hierro quizás aluda al motivo cristiano de las aguas del bautismo. En cuanto al rostro masculino presente en la reja, es posible que se trate de un “autorretrato” del artesano, que quiso dejar su rostro a modo de firma y culminación de su obra.
¿Sabías que…?
Junto al ejemplo de Iguácel, en la Catedral y el MDJ se conservan hasta cuatro ejemplos más de rejería románica: los dos que protegen desde época medieval los ábsides laterales de la Catedral, un tercero en el Refectorio (donde sirvió como cerramiento a una antigua capilla) y un último fragmento expuesto en el Secretum.